Vivimos en un país muy rico
La firma de Ángel Martínez en la SER
Aranda de Duero
Ya sé que nuestro cocinero Andrés con esta frase se refiere a nuestra gastronomía. Yo quiero extender esta riqueza a otras facetas y cambiaría el enunciado por una frase desiderativa: Me gustaría vivir en un país muy rico…, rico en relaciones respetuosas, donde nos escuchemos, sin insultos, respetando las reglas que nos hemos dado, proponiendo, sin fanatismos, con alternancia natural en el poder, con críticas razonadas y razonables, sin gritos de odio, y entonces esa riqueza del enunciado se extendería a todo el mundo con esa imagen que envidian los turistas que nos visitan cada año.
Los últimos comportamientos verbales (¡que te vote Txapote!, “hijo de puta”, “cobarde”, “traidor”, “Sánchez cabrón”) y los abucheos, silbidos, insultos, descalificaciones, gritos,… no parecen indicar que este país goce de una gran riqueza de comportamientos.
Y me da pena que esto ocurra cuando algún partido está fuera del gobierno. Y no lo entiendo, porque la democracia es todo lo contrario. Es respeto, proyectos comunes, ganas de mejorar, colaboración, ir de la mano, ayudar, hacer grande las ilusiones que un pueblo tiene.
No me apetece solamente vivir en una nación rica en gastronomía. Quiero más, quiero otra riqueza. Y creo que todos podemos poner ese grano (granito de arena) que hace un montón enorme. Y lo podemos hacer en el bar, en la calle, en la comunidad de vecinos, en la fábrica, intentando ser ciudadanos respetables y respetuosos, buscando los cauces legales para expresar nuestras ideas, reivindicaciones, nuestro descontento y ayudando a hacer grande, justo, este pueblo al que decimos defender y amar.
Dejemos la defensa y el amor para otros menesteres y respetemos a los demás conciudadanos aunque piensen y sientan de manera diferente.