Opinión

Pequeños entes locales

La Firma de Elisa Docio

Pequeños entes locales

Palencia

En nuestro territorio español, además de municipios, provincias y comunidades autónomas hay otros entes de menor ámbito, como son comarcas o entidades locales menores. De estas últimas vengo a hablar.

Ayer se celebraron elecciones en 30 de ellas en Castilla y León. Porque, atención, nuestra comunidad contiene casi un tercio (27%) de los ayuntamientos de España, un cuarto (19%) del territorio total, pero tan solo un 5% de la población. Mucho fardel y poca merienda. Concretamente en Palencia, en los 191 municipios hay 226 entidades locales menores y nada menos que 469 pueblos, sí 469 pueblos en Palencia.

Las entidades locales menores son un resto arcaico de las primitivas sociedades agrícola ganaderas que disponían de unos bienes a los que llamaron comunales porque se explotaban conjuntamente por los vecinos. Se regían por la costumbre o por ordenanzas muy básicas, así los pastos, tierras de cultivo y aprovechamientos forestales se repartían “como se ha hecho siempre”.

Sin embargo, los tiempos cambian y la tradición ya no sirve: la moza del pueblo que se casaba con un forastero pasaba él a ser titular de los derechos; o casa habitada era aquella cuya chimenea echa humo. Hoy, algunos agricultores ya no viven en el pueblo, aunque siguen empadronados, otros que fueron vecinos y emigraron han vuelto, o sus descendientes que tienen casa, pero no son agricultores ni ganaderos y, hay, por fin, otros residentes que se dedican a otros menesteres. Hay pueblos en los que se reparten el dinero obtenido de la subasta de la madera, pero… ¿quién entra en el reparto?

La cosa se ha complicado mucho. Los juzgados están repletos de contenciosos, los excluidos se quejan. Alcaldes pedáneos y otros miembros de las juntas vecinales a veces acaban en la cárcel por prevaricar a la hora de hacer las adjudicaciones. Hay pueblos que son auténticos polvorines de guerrillas internas y enemistades familiares eternas.

Si esos bienes colectivos se recalificaran como patrimonio de los entes locales las rentas obtenidas pasarían al presupuesto para prestar mejores servicios a todos. Pero los políticos autonómicos no se van a atrever a meter mano en tal avispero.