Inmigrantes. Nos hacen falta
La Firma de Elisa Docio
"Inmigrantes. Nos hacen falta", la Firma de Elisa Docio
Palencia
Para empezar he de decir que educación, generosidad y mesura son virtuosos atributos de los que carece en absoluto el vicepresidente (VOX) de la Junta de Castilla y León. Todo un personaje del que nos avergonzamos cuando salimos de la comunidad y con desprecio nos preguntan por “ese que tenéis ahí…”. Si con sus escasas luces lo que quería era fama y dinero sobrado para vivir del cuento, lo ha conseguido con creces.
Izquierda Unida Palencia ha presentado, contra él ante la fiscalía, una denuncia por delito de odio por sus agresivas declaraciones en las que ponía en duda la honestidad y señalaba como peligrosos a los jóvenes migrantes acogidos en un hotel de Medina del Campo procedentes de la isla de El Hierro.
No sé cómo a estas alturas aún no se ha tomado conciencia de lo que necesitamos a los inmigrantes. Hablamos y hablamos de la despoblación dando vueltas en un círculo vicioso. Cada año el INE nos dice que hacen falta muchos trabajadores para la hostelería, conductores para los transportes y especialistas en todas las ramas de la construcción, entre otros. Que en Palencia desde hace décadas nacen menos de la mitad que los que mueren. En fin, lo sabemos pero con tozudez seguimos desconfiando de los beneficios que nos aportan quienes con paciencia infinita y cariño cuidan de nuestros mayores y hacen las tareas que no queremos.
Produce repulsa escuchar a quienes en la calle hablan de ellos con desprecio e inventan lo de la paguita, que traen a sus familias a operar y que vienen a chupar, para luego, si hay que cuidar y quitar las cacas al abuelo los buscan y los quieren serviles y mal pagados internados en sus casas. Además, suele coincidir que los que tanto protestan son de puertas para afuera católicos practicantes que van a misa. Fariseísmo en estado puro.
Paul Krugman, premio nobel de economía, dice que el crecimiento económico en occidente está limitado por la escasez de mano de obra disponible y no al revés. Y si no que lo pregunten en nuestro mundo rural; cualquier proyecto, cualquier iniciativa choca con que no hay trabajadores disponibles y si se ofrecen de fuera no tienen donde vivir y mucho menos instalarse con sus familias, con la falta que nos hacen niños y jóvenes en este desierto castellano.
Así somos, algo torpes y desorganizados.