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¿Ha perdido una urna funeraria?

La Policía Municipal de Valladolid busca al dueño en redes sociales mientras la custodia en objetos perdidos

Urna funeraria perdida en Valladolid / Policía Municipal de Valladolid

Valladolid

Unas llaves, una cartera, un bolso, una cazadora... todos ellos son objetos susceptibles de ser perdidos, pero... ¿Quién perdería una urna funeraria? Eso es lo que los agentes de la Policía Municipal de Valladolid debieron de preguntarse cuando una persona se la entregó tras encontrarla, vacía eso sí, frente a su casa de Barrio España.

Los agentes, que la trasladaron al servicio de Objetos Hallados, colgaron un llamativo mensaje en la red social X para ver si el dueño de la vasija la reconoce y la reclama: "¿Te olvidaste esta urna funeraria en la calle? La guardamos nosotros en nuestra Oficina de Objetos Hallados· Además, proporciona un número de teléfono 983 426088 -que atiende de lunes a viernes por la mañana- para atender a los afectados.

La urna es de color granate con una línea dorada y los agentes han hecho gestiones con las funerarias para ver si consiguen dar con su propietario, sin que por el momento haya sido posible encontrar a su dueño, según informa EFE.

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La urna funeraria permanecerá en el servicio de Objetos Hallados de la Policía Municipal hasta que el propietario acuda y certifique si es suya.

Un carrito de bebé, también olvidado

Visto lo visto, parece que casi todo es susceptible de ser olvidado... Y para muestra, además de la urna funeraria, el carrito de bebé que hace justo un año alguien dejaba olvidado en el barrio de las Delicias.

Hasta dentaduras postizas

La Oficina de Objetos Hallados de la Policía Municipal atiende cada día a medio centenar de personas que intentan recuperar lo que han perdido o que quieren entregar aquello que han encontrado, como llaves, carteras y, cada vez más, teléfonos móviles que se almacenan en sus estanterías y cajones.

Los más comunes son destruidos a los pocos meses si nadie los reclama y aquellos de valor pueden permanecer hasta dos años, plazo marcado por la ley para que, si su legítimo propietario no los ha reclamado pasen a ser de quien lo encontró.

Por esta oficina han pasado también otros artículos cuyo olvido parece más difícil: desde sillas de ruedas a protésisi ortopédicas o dentaduras postizas.

 
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