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Emprendimiento

Solo el 20% de las mujeres rurales piensa en poner un negocio y la inversión más frecuente es de 10.000 euros

El Observatorio del Emprendimiento en España ha presentado un estudio que concluye que donde hay mujeres emprendedoras se acelera el desarrollo económico en zonas despobladas

Presentación del estudio sobre emprendimiento femenino en la sede de la patronal burgalesa FAE / Radio Castilla

Burgos

La cantidad más frecuente que invierten las mujeres emprendedoras es de 10.000 euros para crear su negocio y la mayoría consigue el dinero por sus propios medios en el entorno cercano, con sus ahorros o entre familiares y amigos.

Es una de las numerosas conclusiones que arroja el estudio elaborado por el Observatorio del Emprendimiento en España que la patronal burgalesa FAE ha tomado como referencia para ayudar a las mujeres a contar con los conocimientos y herramientas que les permitan poner en marcha o reenfocar su propio negocio.

Ana Fernández Laviana, presidenta del Observatorio, lamenta que el miedo al fracaso y la falta de referentes, hagan de España uno de los países con menor emprendimiento femenino. Considera que la importancia de la mujer emprendedora radica en su capacidad para generar empleo y riqueza impactando social y medioambientalmente en su territorio.

Otro dato importante es que solo el 20% de las mujeres de entornos rurales se plantea un proyecto de emprendimiento. En el ámbito urbano apenas supera en un punto ese porcentaje. El 44% de las mujeres rurales llevan toda su vida en el entorno local y contribuyen al arraigo poblacional y acelerará el desarrollo económico en zonas despobladas.

Carmen Pinto, presidenta de la Comisión de Igualdad de la Confederación de Empresarios de Burgos, reconoce que falta mucho para equiparar el emprendimiento femenino con el masculino y cree que se debe empezar por la educación. Ha puesto de manifiesto “que solo una sociedad en la que existe una real igualdad de oportunidades es una sociedad avanzada”.

El 80% de las emprendedoras lo son por necesidad de tener un empleo, un 36% para continuar con la tradición familiar y un 40% para poder conciliar. Hasta un 30% emprende una actividad productiva para ''marcar la diferencia'' a la hora de mostrar una mayor conciencia social y ambiental.