Vis a vis

León

He leído en un queridísimo digital que Esther Muñoz y Javier Cendón han tenido su primer vis a vis en el congreso de los diputados, y aunque uno no desconoce su significado etimológico, la mente sucia de quien escribe no ha podido evitar fantasear con otro tipo encuentro más íntimo, en e que se sustituía la cansina refriega política por otra más cálida y amable.

Es plausible que, tras el desencuentro inicial sobre a quién hay que pedir la paga semanal, si a Papá Estado o a mamá Junta, la cosa no haya acabado mal, porque ha quedado en seguir viéndose, como una segunda cita en este First Date cazurro que tanto gozo nos provoca.

No es el vicio lo que alimenta esta coyunda, que lo hacen por el común de la tierruca, aunque los dos saben que en sus casas no acaban de entrarle por el ojito estos escarceos prematrimoniales. Hay que guardar las formas, y no sería de extrañar que el Tito Gallardo monte en cólera cuando se entere, que es muy antiguo para estas cosas.

Ella ha propuesto una nueva mesa por León, y el mente sucia enseguida se ha ido a la escena mítica de Jessica Lange y Nicholson en la cocina, con sus señorías intercambiándose inversiones y mociones como si no hubiera un mañana. Igual tengo que volver a la medicación, pero la imagen no se me va de la cabeza , oye.

Y qué carajo, que son jóvenes y están en edad de empujar por el futuro de León, entiéndaseme bien. Y eso mismo es lo que yo les deseo en estas fechas tan entrañables: mucha salud, ,mucho amor y mucho diálogo, hasta con ese cuñado modelo Oscar Puente, al que no hay quien soporte pero al que vamos a tener que aguantar una temporada. Asín que paz, vino rico y paciencia benedictina, que todo pasa y que todos los animalicos son de Dios.