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El TDAH, un trastorno de la conducta todavía invisible para las niñas

Si problemas como el TDHA no se tratan durante la etapa infantil y juvenil, en la adulta además de este trastorno aparecerán otros como ansiedad, depresión, trastornos de la personalidad, de la conducta alimenticia, por consumo de sustancias y adicción

El presidente de la Asociade TDAH de Palencia, José Antonio López Hoyos (c); la psicóloga Patricia Gómez (d) y el psiquiatra Antonio Terán (i); muestran el libro '?Niñas, mujeres y TDAH' con el que quieren ayudar a detectar este trastorno en las niñas. EFE/ Almudena Álvarez / Almudena Álvarez

Palencia

Un niño movido e inquieto que interrumpe en clase puede ser un menor con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Una niña ausente, desorganizada y distraída también, aunque hasta ahora el sexo también las haya hecho invisibles para el TDAH y este trastorno continúe infradiagnosticado en ellas.

Igualar el diagnóstico y la detección de este trastorno en niños y niñas sigue siendo una asignatura pendiente. Por eso la Asociación TDAH de Palencia ha querido arrojar luz sobre este tema con la publicación del “Niñas, mujeres y TDAH”, un libro que quiere contribuir a borrar estas diferencias.

“Las niñas han sido infradiagnosticadas en este trastorno”, afirma en una entrevista con la Agencia EFE el psiquiatra Antonio Terán, uno de los autores del libro.

De hecho, mientras que en la edad adulta este trastorno de la conducta se diagnostica en la misma proporción en hombres y mujeres, en la edad infantil sigue existiendo una relación de dos a uno, es decir se diagnostican la mitad de niñas que de niños.

Esto no se debe a que el TDAH tenga más prevalencia en los niños sino a que en las niñas “es más invisible”, explica a EFE Patricia Gómez, psicóloga que colabora con la Asociación en la comarca Montaña Palentina y también ha participado en la publicación.

A grandes rasgos, el TDAH “es más invisible” en las niñas porque tienen conductas diferentes, y detectar en ellas este trastorno es más difícil si se utilizan “diagnósticos masculinizados”. Por eso hasta hace poco las cifras de prevalencia del TDAH en niños era del 7 por ciento y en las niñas del 2.

Causas del infradiagnóstico en niñas

Las conductas de las niñas son “menos disruptivas”” y por tanto menos visibles, pasan más desapercibidas, mientras que los niños tienen conductas más disruptivas: “un niño muy movido en el colegio, muy inquieto, que habla con los compañeros, que molesta, que perturba e interrumpe la clase, favorece el diagnóstico”, afirma Terán.

Pero cuando la conducta es distinta, “es más internalizante” y la sintomatología predominante es la desatención o la inatención, pasa más desapercibida. “La niña con TDAH es una niña ausente, que no da guerra, que pasa desapercibida”, apunta el experto. Por otra parte, las mujeres son capaces de desarrollar mecanismos de compensación de forma que tienen menos fracaso escolar y eso hace que el diagnostico se retrase.

“Si los rendimientos académicos en los que se podrían traducir los síntomas de desatención y los problemas de concentración de la niña son compensados, no aparece el problema hasta que el nivel de exigencia supera el de compensación”, señala el experto.

Esto sucede ya en Bachillerato, en la Universidad o preparando unas oposiciones, cuando la exigencia académica es elevada. De hecho, como señala el psiquiatra, “muchas mujeres vienen a la consulta cuando preparan oposiciones porque no entienden por qué su rendimiento es menor al de sus compañeros teniendo la misma carga de trabajo”, lo cual genera ansiedad, estrés e incomprensión.

Cómo saber si una niña puede tener TDAH

Las niñas también pueden tener comportamientos disruptivos, ser muy inquietas y habladoras, hiperactivas e impulsivas, pero lo que las diferencia respecto a los niños es “la alteración de la función ejecutiva”, la que organiza, planifica y controla el comportamiento.

Por eso las niñas con TDAH suelen ser muy desordenadas, no son capaces de controlar los tiempos, tienen comportamientos impulsivos, respuestas rápidas, no esperan el turno, están despistadas, ensimismadas o tienen problemas a la hora de hacer los deberes.

El TDAH es un factor de riesgo evolutivo

Si problemas como el TDHA no se tratan durante la etapa infantil y juvenil, en la adulta además de este trastorno aparecerán otros como ansiedad, depresión, trastornos de la personalidad, de la conducta alimenticia, por consumo de sustancias y adicción…, que son por los que la mujer acude a la consulta.

“De hecho, la conducta en las niñas es tan internalizante que hasta que ellas no pueden empezar a contarlo en la adolescencia o como adultas, no se ve, y eso pasa cuando ya ha habido otros muchos diagnósticos que lo han enmascarado”, añade Patricia Gómez.

No es habitual que la mujer “venga a preguntar si tiene un TDAH, salvo que se sienta identificada con uno de sus hijos que haya sido diagnosticado”, añade la psicóloga.

Las mujeres adultas acuden a la consulta del psicólogo o del psiquiatra porque ven que su rendimiento académico es inferior, porque se sienten raras, porque se identifican con algún hijo que esté diagnosticado, o por cormobilidad.

“Es a partir de ahí, mirando hacia atrás, cuando se llega al trastorno por TDAH”, señalan los profesionales.

Es, por tanto, un factor de riesgo evolutivo: “No se diagnosticó ni se trató en la infancia y en la etapa adulta, si no se ha compensado, da la cara con otros problemas”, sostiene Terán.

Un libro para hacer enfocar el TDAH en las niñas

Precisamente, para visibilizar la situación de las niñas, la Asociación de TDAH de Palencia ha publicado el libro “Niñas, mujeres y TDAH”.

“Queríamos dar respuesta a una necesidad que nos trasladaban en la asociación”, explica su presidente, José Antonio López Hoyos. “Siempre nos dicen que hablamos mucho del TDAH en masculino pero que las niñas tienen otras manifestaciones clínicas distintas del TDAH”, continúa López Hoyos, quien además asegura que hay muy poco publicado sobre este tema a nivel nacional.

Escribir este libro “tocaba porque el avance en las neurociencias nos ha ido situando en realidades a las que había que dar una respuesta”, añade el doctor Terán, para quien una vez demostrado que el TDAH persiste en la edad adulta, tocaba darse cuenta de que las niñas y mujeres tienen un perfil clínico diferente.

Eso requería “modelos de diagnostico diferentes porque el modelo está claramente masculinizado, lo que dificulta el diagnostico, y por supuesto también en el tratamiento”, insiste el psiquiatra.

“Si se conocen las diferencias “vamos a ser capaces de diagnosticar precozmente y de tratar específicamente para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres”, concluye Terán.