Más fregonas y menos bastones de mando

Palencia

La pasada semana la ya ex alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, aseguró que prefería fregar escaleras a ser primera edil con los votos de Bildu. Sus declaraciones rezuman un clasismo insoportable y dicen muy poco de una política que hasta hace una semana ostentaba un cargo que, se supone, es el más cercano a la ciudadanía de a pie.

Solo el desprecio que destilan sus palabras dice mucho de cómo ha tenido que ser su forma de gobernar. Su afirmación evidencia que para ella hay ciudadanos de primera y de segunda.

La dignidad que demuestran a diario en sus trabajos las personas que se ganan la vida limpiando es la que no tiene ni tendrá nunca la ex alcaldesa de Pamplona. No estaría de más que algunos y algunas que tienen la capacidad de adoptar decisiones que marcan nuestro devenir se pusieran en los zapatos de la clase trabajadora y conocer otras realidades, porque parece complicado que se puedan adoptar decisiones y poner en marcha políticas con mentes tan cerradas y obtusas que siguen marcando diferencias en función del trabajo que se desempeñe.

Nunca está de más recordar que en plena pandemia de Covid muchas de las que estuvieron en primera línea cuando no había vacunas ni mascarillas, ni guantes, jugándose la vida, fueron personal de limpieza, de supermercados, de residencias de ancianos o sanitarios. Muchos de estos trabajos muy mal remunerados, precarizados y ocupados en buena parte por mujeres.