Los buenos propósitos
La Firma de Elisa Docio
"Los buenos propósitos", la Firma de Elisa Docio
Palencia
Ya de regreso con el nuevo año y para no fallar a la tradición vamos a hablar del topicazo de los buenos propósitos. Como si el 1 de enero de cada año nos pusiera una inyección de la fuerza de voluntad que nos falta el resto del año y, sin ánimo de desanimar, de donde no hay no se puede sacar y lo que no existía el 31 de diciembre no va a crecer como un hongo por generación espontánea al día siguiente. Aunque creer en hadas, duendes y energías mágicas es connatural a la humana raza, tan amiga de los cuentos como somos.
A finales de diciembre decía en la radio una colaboradora de la SER, mi propósito es darme de baja en el gimnasio porque hace dos años que estoy pagando y no voy. ¿Y, por qué no lo has hecho antes? Porque era como reconocerme a mí misma un fracaso. Exacto, tal cual, ahí está el quid de la cuestión, en el error de cálculo que hacemos de los buenos propósitos: este año voy a ser bueno, pues a ratos como todo el mundo, este año voy a trabajar menos pero resulta que quiero un coche más grande, este año adelgazo, pero me gusta tanto comer, voy a leer más y ver menos series, haré más actividad física, uf qué pereza, y para algunas personas el propósito estrella frustrante de cada año es voy a dejar de fumar, este año sí o sí, y así hasta el próximo. Aunque, a veces, hay ayudas externas, como es el caso de la prohibición de fumar en el trabajo. Recuerdo cuando se estableció con Zapatero. Los fumadores, sobre todo los adversarios políticos, le ponían a escurrir. Recuerden a Aznar ya bastante animado, quejándose con una copa de vino en la mano. Muchos de aquellos ahora reconocen que lo agradecen porque fuman mucho menos y se han acostumbrado. En Tokio está prohibido fumar en la vía pública salvo en unas marquesinas con ceniceros donde se congregan los viciosos, mirados como apestados por los transeúntes.
Y es que para cualquier comienzo el mejor día es hoy. Hoy, que bien puede ser a primeros, mediados o últimos de mes, da igual. Una decisión consciente y convencida no entiende de calendarios, nuestro inconsciente tampoco. Lo que hayas decidido hacer comienza hoy y no te defraudarás.