UPP y jubilatas
La Firma de Elisa Docio
"UPP y jubiletas", la Firma de Elisa Docio
Palencia
En esta nuestra tierra palentina cada día somos más jubilatas o jubiletas, que no inútiles. El término no está en la RAE, pero nos otorga una definición en un tono jocoso y desenfadado en vez de jubilados que suena a sopita caliente y zapatillas a cuadros.
De modo que hoy hablaremos del día D o día después del fin de la vida laboral, ese que unas veces queríamos que llegase y otras no. Nos levantamos por la mañana… ¿y ahora qué hago yo con todos mis conocimientos, con todo lo que sé ahora que domino el oficio, para qué me sirve todo eso? Y sentimos que algo falta o sobra.
Con la esperanza de vida tan larga en nuestra sociedad, igual nos quedan otros treinta años por delante. Y lucecita, nos percatamos de que es el momento de acometer aquellos proyectos, ideas o ilusiones que hemos sido postergando cuando decíamos esto para cuando me jubile que tendré más tiempo y podré hacer lo que me gusta. Pues, ele ahí, llegó el momento de concretar qué es lo que me gusta y quería hacer cuando no podía. Porque si no nos reinventamos podemos caer en conversaciones de jubilados sobre temas de jubilados, como hablar solo de los hijos y de los nietos, de las dolencias que van apareciendo, o lo que es mucho peor, repetir una y otra vez batallitas del abuelo. Muchas de estas cosas se difuminan practicando actividades novedosas. Ocuparnos en el aprendizaje de idiomas o nuevas habilidades dicen los neurocientíficos que nos conserva el cerebro fresco y en funcionamiento.
Y para eso ahí está la Universidad Popular de Palencia. No es la primera vez que hablo de ella, pero es que me entusiasma ese invento maravilloso donde tantos miles de personas de Palencia y provincia podemos llevar a cabo los aprendizajes que deseábamos, nos gustan y nos entretienen. Encuadernar, pintar, escribir, leer, aprender fotografía, costura o cocina, teatro, música, en fin la lista es inmensa. Y mientras hacemos eso que nos satisface el tiempo vuela, es como una forma de meditación. Por otro lado nos marcamos una agenda de ilusiones, germinamos nuevas amistades, compañerismo. Salimos de casa sin pereza en este tiempo invernal en que da miedo hasta asomar la mano. Y sobre todo nos evade de los enrosques mentales, porque ya sabemos, mens sana in corpore sano.