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Las 'luminarias' vuelven a 'prender' las calles de San Bartolomé de Pinares

Comienzan las fiestas de invierno en la provincia de Ávila

/ RAÚL SANCHIDRIÁN (EFE)

La localidad abulense de San Bartolomé de Pinares (510 habitantes) ha vuelto a celebrar en la noche de este martes con las 'luminarias' una tradición que 'prende' las empinadas y adoquinadas calles con una veintena de hogueras, que han sido atravesadas por un centenar de jinetes a lomos de sus caballos.

La espectacularidad de las potentes imágenes de esta celebración, no deben 'apagar' el sentido inicial de una especie de ritual que surgió hace más de dos siglos para, con el humo, ahuyentar a los malos espíritus y proteger a los animales de las epidemias que antaño diezmaban las ganaderías de la zona.

Por eso, la noche previa a la festividad de San Antón se celebran las 'luminarias' en esta localidad que vive con fervor esta costumbre muy arraigada entre sus vecinos, quienes participan con sus equinos y salen a las calles para instalar unas hogueras cuyos rescoldos son aprovechados a última hora para asar carne y reponer fuerzas ante una noche que se presenta larga.

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Situada a poco más de 25 kilómetros al este de la capital, San Bartolomé de Pinares se ha convertido esta noche en un pueblo fantasmagórico bajo una espesa capa de humo, que en muchas partes del pueblo apenas dejaba ver unos metros.

El viento reinante en la zona ha contribuido a esparcir esa nube blanca por la mayor parte de las calles del pueblo en las que se han instalado una veintena de hogueras, algunas de grandes dimensiones, realizadas con las ramas, escobas y piornos recogidos en los bosques cercanos durante los días previos.

Teniendo en cuenta que lo fundamental de esta tradición no son las espectaculares llamas, sino el humo, quienes 'cuidan' las 'luminarias' no han tenido que arrojar agua en una noche lluviosa, que ha contribuido a generar el humo purificador que ha impregnado cada rincón de este pueblo.

Además del humo, los otros protagonistas han sido los equinos que han recorrido la localidad, realizando el circuito de las hogueras, después de que el párroco les haya bendecido junto al Ayuntamiento, donde se han congregado cientos de personas para asistir al inicio de esta 'procesión' equina que se ha prolongado varias horas.

Allí, junto al Ayuntamiento, se ha repartido entre los jinetes el tradicional dulce de la zona, junto la limonada y el vino que se elabora en la comarca, como aperitivo a lo que ha llegado después.

En esta ocasión, lo desapacible de una noche algo ventosa, fría y lluviosa a última hora, junto al hecho de que la tradición se haya celebrado entre semana, ha restado algo de afluencia de público que, no obstante, ha llenado el entorno de las 'luminarias' más espectaculares, alrededor de las cuales se han podido resguardar del frío.

Este espectáculo visual, que sorprende a quienes lo contemplan por primera vez, ha recibido la atención de la prensa nacional y extranjera, debido a la espectacularidad de unas imágenes que mezclan lo visual con lo misterioso, dando lugar a instantáneas irrepetibles, hipnóticas y de gran potencia.

La mayoría de los jinetes iban pertrechados con ropa de abrigo y pañuelos en la cara para tratar de protegerse del humo, al igual que buena parte del público, que en los momentos en los que el viento arreciaba apenas encontraba un lugar en el que guarecerse, ya que en ocasiones resultaba complicado respirar.

Tras la pandemia, muchos han hecho uso de las mascarillas para evitar el humo, mientras que otros han empleado gafas de nadador para que el humo no llegara a sus ojos.

El humo hacía complicado ver a los equinos, que en la mayoría de las ocasiones eran intuidos por el sonido del choque de las herraduras con las empedradas calles de la localidad, apareciendo como espectros entre las grandes llamas de las 'luminarias', entre el crepitar del fuego.

Y todo ello, mientras vecinos y operarios municipales arrojaban las ramas acumuladas junto a las hogueras, donde se acomodaban los fotógrafos para obtener la mejor imagen de una noche mágica y repleta de emoción para los vecinos y naturales de San Bartolomé de Pinares.

Tras aproximadamente dos horas recorriendo la veintena de hogueras y atravesándolas en la mayoría de los casos, pese a la polémica que despierta esta tradición, los vecinos han aprovechado las brasas de las hogueras para asar chorizo, morcilla, panceta o chuletillas, para seguir la fiesta de madrugada.

De esta manera, San Bartolomé de Pinares ha abierto en 2024 la veda de las tradiciones en la provincia de Ávila.

 
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