De la vieja Balastera a un pabellón de récord

Palencia

Se decía de la vieja Balastera, que era el campo más grande del mundo porque nunca se llenaba, ni incluso en la época gloriosa de los ascensos a segunda división, ni el histórico año de Luis Costa. Y no es que el campo fuera muy grande, aunque tenía aforo para unos 12.000 espectadores, por aquel entonces casi todos de pie, ni tampoco que no fuéramos al fútbol en masa, había mucha ilusión y hubo algunas citas importantes destacando aquel mítico partido contra en Athletic de Bilbao en Copa del Rey, sino más bien que el basto fondo de la portería del marcador que se encontraba en pendiente ligera y empedrada y la tribuna general de frío cemento lo hacían de capacidad casi infinita y en la mayoría de los partidos le daban al recinto un aspecto desalmado. Hoy 40 años después podemos presumir de que nuestro Pabellón Municipal es el que más ocupación media tiene entre todas las canchas de la máxima categoría del baloncesto español.

Estamos consiguiendo una ocupación media del 97,80 % lo que significa cubrir casi las 5.000 localidades que ofrece nuestro pequeño, pero coqueto pabellón.

Y en términos absolutos conseguimos una media de asistencia igual a la que tiene en el Palau Blaugrana el Fútbol Club Barcelona, unas 4.900 personas. Y solo 3.000 personas más van a ver al Real Madrid cada semana al WiZink Center en el que caben hasta 13.000 almas. Inmediatamente detrás de nuestro pabellón, se encuentra el Nou Congost de Manresa, un club fundado en el 31, pero sobre todo de los fijos en ACB, incluso ganador ya de Liga y Copa. La afición palentina está dejando huella en la ACB, pero sobre todo esa huella nos está quedando a nosotros marcada a fuego.

Queda claro que las expectativas han sido altamente sobrepasadas y disipada también la mínima duda sobre la conveniencia o no de apoyar a un club deportivo de este nivel, incluso yendo últimos y descolgados. Cada semana, alguna en 2 ocasiones, no solo los que vamos al pabellón a llenarlo, sino todos los que siguen cada partido por televisión, lo vivimos con tal intensidad que acabamos agotados como si lo hubiéramos estado disputando físicamente, y eso amigos, es mucho…

Se demuestra así que si hay motivación, hay respuesta y que en Palencia necesitamos más acciones que nos hagan sentir vivos, importantes, que nos motiven y nos hagan mover. En este caso es una motivación ocio deportiva, también de orgullo, y seguro que a todos nos gustaría que hubiera otras motivaciones, por ejemplo para la implantación de empresas, acciones que ayuden a que los que amamos esta tierra podamos vivir aquí, trabajando y disfrutando.

Por cierto, otra motivación popular, esa playa fluvial, que puede esperar, si es viable técnicamente y si se hace bien, con más presupuesto y un entorno adecuado creo que puede ser un atractivo para ciudadanos y visitantes.

A disfrutar del fin de semana, del baloncesto y de los bares.