Una vida dedicada a la enseñanza y a Aranda de Duero
Begoña Mateo desarrolló 41 años de profesora en el mismo centro educativo, y relata en la SER su larga trayectoria y su amor y lucha en la capital ribereña
Una vida dedicada a la enseñanza y a Aranda de Duero
Aranda de Duero
Begoña Mateo se presenta. Aunque no hace falta que lo haga. Durante años se ha dedicado a la enseñanza, o mejor dicho, se ha entregado a ella. "Y me he dado cuenta de que es puro teatro, y todos participamos en ella", explica en un vídeo que reproducimos en el inicio de nuestra entrevista, en la que reconoce dedicar tiempo "a que los demás sean más felices", y que cree no merecer.
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"Fui muy feliz. Estuve 41 años en el mismo centro. Era también mi familia, y era bonito encontrarte caras distintas cada año. Precioso. Pero era mucha responsabilidad. Esas caras te escuchaban. Un tesoro, un diamante que pulir. Y creo que fui buena pulidora, aunque muchas veces me iba a casa con muchos problemas. Porque me producían dolor aquellos chicos que les costaba más. He aprendido mucho de mis alumnos, y de sus familias. Y me he hecho muy creyente", inicia, reconociendo que la docencia ha cambiado, y no poco.
Un amor incondicional
Con Abelardo, su marido y también profesor, tenía muchas charlas en casa, aunque cada uno barría para su colegio. Les une el amor y la enseñanza. "Le canto mucho, porque llevamos 47 años casados, pero la canción 'Todo lo que me das' de Jarabe de Palo es como un resumen de nuestra vida. A veces hasta la bailamos, y se emociona. Abelardo es mi vida", detalla.
"El teatro me sacó de la depresión"
Mateo es una amante de este arte. "Lo he hecho con mis alumnos y representamos La Zarzuela de Aranda. Pero hace 10 años me apunté al taller de adultos de Artedan, y he aprendido muchísimo. He aprendido a través de Jesús y de mis compañeras. Y en el Duende Teatro, Elías me dice de hacer 'Conversaciones de Mamá'. Y lo que no sabía yo era lo que me iba a dar. Hemos hecho 50 representaciones. Con la primera parte hay cierto humor. Y en la segunda, es la vida misma. Cómo se sienten los mayores, lo que hacen los hijos con los mayores y las herencias que hay que repartir", explica. "Me apunté al teatro cuando ya no tenía que cuidar a nadie. Y cuando todo desapareció me hundí. A mí el teatro me sacó de mi depresión. Me subo a las tablas y soy otra persona, aunque cuando llegue le momento, no me atreva a salir", añade, antes de escuchar una retahíla de audios de gente que la admira y quiere, y que le hacen emocionarse.
"Iba pidiendo trabajo para las mujeres, para que pudieran ser libres"
Pero Begoña esconde más. Estuvo en el gabinete laboral de mujeres progresistas. "Ayudé a muchas mujeres que lo estaban pasando mal. Todavía me encuentro con gente que me ve y abraza, y me dice 'gracias, gracias y gracias'. Yo lo de ayudar lo llevo en la sangre. Aquellas mujeres necesitaban trabajar para salir adelante, o para separarse. Porque uno de los temas fuertes es que la mujer no se podía separar al no tener medios económicos, y entonces se somete. Y eso en parte pasa ahora aún", afirma, reconociendo que "fui a todas las empresas pidiendo trabajo para mujeres, para ser libres".
Mateo también impulsó el parque María Pachecho, y creó la Asociación de Vecinos Ferial Bañuelos. Ahora apenas tiene tiempo para leer. "Me lleva mucho tiempo el teatro, hay que estudiar", explica, y ahora resulta que tiene representante porque le hicieron un videobook "y parece que he gustado". Algún día dará a conocer la obra que es. Mientras, seguirá contagiando con su sonrisa y su alegría allá donde pise. Porque de alguna manera, Begoña nunca ha dejado de enseñar.
La charla al completo puede reproducirse en el audio superior.