Los Pensionistas de Miranda Salen a la Calle para Exigir «Pensiones Públicas Dignas y Suficientes»
Alrededor de un centenar de pensionistas se congregaron este sábado frente a la Delegación de la Junta de Castilla y León en Miranda de Ebro para exigir «pensiones públicas dignas y suficientes».
En una demostración de determinación y persistencia, alrededor de un centenar de pensionistas se congregaron este sábado frente a la Junta de Castilla y León en Miranda de Ebro. Bajo el lema «Pensiones públicas dignas y suficientes», los manifestantes exigieron una pensión mínima de 1.080 euros.
La concentración, que ha sido parte de una serie de protestas periódicas, comenzó a la 13:00 con un discurso de uno de los miembros de Pensionistas de Miranda. Este portavoz expresó la necesidad urgente de una pensión mínima más elevada, señalando que más del 60% de las pensiones en la provincia de Burgos no alcanzan esa cifra.
El movimiento, que ha estado activo durante seis años, ha logrado avances significativos en la defensa de los derechos de los pensionistas. La derogación del índice de revalorización de las pensiones de la reforma de 2013 y la eliminación del factor de sostenibilidad son algunos de los logros destacados en el comunicado leído por Carlos Ruiz Larraz, miembro del grupo.
A pesar de estos avances, el comunicado subrayó la persistente lucha que enfrentan los pensionistas, especialmente en el contexto de las dificultades económicas y el aumento de precios. Se hizo un llamado a la equidad en la distribución de la riqueza y a la recuperación del poder adquisitivo de salarios y pensiones.
Carlos Ruiz Larraz invitó a las generaciones más jóvenes a unirse al movimiento en futuras concentraciones, destacando que la lucha por pensiones dignas es una responsabilidad compartida. La manifestación concluyó con un mensaje coreado al unísono: «Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden».
Además, en un gesto de solidaridad, Carlos denunció la situación en Palestina, instando a las autoridades a tomar medidas para poner fin a lo que describió como una «barbarie».