Opinión

Un paso para olvidar

La Firma de Leonor Ramos

Un paso para olvidar

Palencia

Pensé que no iba a llegar nunca este día. Les seré sincera, no me gusta nada el mes de enero. El otro día mientras paseaba por el nuevo camino junto al río, que une Eras de Santa Marina con el Camino de san Román, lo pensaba… ¿cuándo acabará enero, no se da cuenta que más que una cuesta, parece un precipicio por el que caigo sin frenos? Bueno, sentí tanta paz paseando por ese nuevo camino, que mi cabeza por un momento se olvidó del mes de enero, de los problemas y de todo.

El tiempo acompañaba, las vistas alrededor también, así que dejé la mente en blanco y respiré aire puro. Es lo bueno que tiene Palencia, que, a pocos metros de tu propia casa, tienes lugares como ese camino que te permite evadirte de los problemas y disfrutar del paisaje.

Bien es cierto, que a la misma hora a la que yo decidí pasear lo habían decidido también otros cuantos palentinos, que necesitaba como yo dejar de pensar en enero. Así que aquello, y siendo bastante exagerada, parecía la calle Mayor un sábado por la tarde. Había bicis, viandantes, perros…grupos de amigos, familias…niños llorando (uno era el mío) pero bueno eso no evitó seguir disfrutando del camino. Una chica hasta llegó a decir: Dios que gusto que hayan abierto esto¡ y sí comparto con ella esa expresión.

Cuando comience a crecer todo lo plantado, cuando mejoren algunas partes, donde hay aún demasiada tierra, cuando esos árboles en los laterales, que ahora parecen palillos, empiece a crecer este paseo se convertirá, sin duda, en un lugar destacado para pasear. Ya lo es ahora, así que imaginen dentro de unos años

Buen paisaje, buena compañía y si a esto le sumas una buena melodía de fondo lo tienes hecho. Yo el domingo pude escuchar a los de la Batukatuka Palencia mientras ensayaban en el Segundo Sotillo y luego a los de la Semana Santa que siempre ensayan en el parking del pabellón. Vamos un poco de todos los estilos.

Esperemos ahora que sepamos cuidarlo, que por papeles no será durante todo el trayecto. Esperemos cuidar el mobiliario, no ensuciar…no hacer esas cosas que ni en casa hacemos. Esa es la labor nuestra.

Acabó el paseo y volví a pensar en enero, menos mal que me encontré a una vecina de nombre Nieve, que dentro de poco será abuela y claro esa felicidad que transmite me la contagió y se me volvió a olvidar enero. Es lo bueno de Palencia y sus gentes, que en poco tiempo te hacen olvidar tus penas.