"Salvar la Kedada": Recogen firmas para que el Ayuntamiento de Ávila no elimine las actividades de ocio alternativo para jóvenes

Ávila

El hijo de Tania García quedó este viernes con sus amigos para ir a "la Kedada" al 88 Torreones y fue allí donde se enteró de que era el último día de un programa municipal que lleva años ofreciendo actividades de ocio deportivo y saludable a adolescentes y jóvenes.

La decisión de dejar de dar este servicio se tomó un día antes, en la Junta de Gobierno Municipal. El portavoz del equipo de Gobierno, José Ramón Budiño, informaba de que no se había prorrogado el contrato con la empresa adjudicataria de este servicio porque "no existe la posibilidad de garantizar la financiación teniendo en cuenta los recursos económicos propios disponibles y conforme a las previsiones presupuestarias". En otras palabras, no hay garantías de que el Ayuntamiento de Ávila pueda pagar los 47 mil euros que cuesta este programa.

Sin previo aviso los padres se han encontrado con que sus hijos dejan de tener una alternativa de ocio que consideran muy importante para ellos y han empezado a movilizarse. El domingo se abría una petición en Change.org para salvar la Kedada que en menos de un día ha sido secundada por más de 700 firmas.

"¿Qué alternativas tienen esos niños?" se pregunta Tania. "Son jóvenes, adolescentes, son niños, a los que les das independencia porque los dejas allí, no tienen a sus padres al lado, hacen deporte, no se acuerdan de los móviles, de las consolas, se relacionan entre ellos y están controlados porque están los monitores".

Miguel Hernández, promotor de la recogida de firmas, argumenta que "lo que está en juego es considerable. La implementación efectiva de programas como la Kedada tiene el potencial de cambiar significativamente el panorama social y cultural para los jóvenes en Ávila. Si la situación permanece sin cambio, los jóvenes pueden continuar enfrentando la escasez de oportunidades de ocio que promuevan su desarrollo de manera saludable y productiva".

A los padres les preocupa que la alternativa para los adolescentes sea quedarse en casa o hacer botellón en un parque.