La recuperación del antroido
La Firma de Borja Barba

"La recuperación del antroido", la Firma de Borja Barba
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Palencia
Solo hay un secreto para que una columna resulte digerible: que sepa reflejar bien las emociones que siente la gente. Que traslade al oyente, o al lector, a ese mundo interior que todas las personas compartimos y en el que nuestros sentimientos se entrecruzan con los de los demás, en un tejido de rotondas emocionales que los acaba convirtiendo en comunes.
Cuando tuve conocimiento de que el Colectivo Cultural La Anónima, de Cervera de Pisuerga, había aunado esfuerzos para tratar de recuperar el carnaval tradicional de la Montaña Palentina, con la celebración del ‘Antroido’ el próximo viernes 16 de febrero, sentí una serie de emociones que me vi en la necesidad de transmitir y reflejar, por el mero hecho de constatar si eran compartidas por más personas.
Partiendo de la máxima de que la mejor teoría es la práctica, el colectivo vecinal La Anónima, apoyado por el Ayuntamiento cerverano con su alcalde Jorge Ibáñez a la cabeza, ha profundizado en las fuentes históricas de nuestra montaña con el objetivo de tratar de revitalizar una celebración maltratada y despreciada por eso que llaman progreso. Un festejo popular que entronca con los celebrados en otras zonas del norte del país, especialmente en Galicia, y que presenta particularidades propias en cada una de sus múltiples manifestaciones. La mascarada de Cervera comparte con sus homólogas del resto de la España rural un origen ancestral, una cierta contraculturalidad definida por su fundamento pagano y su indudable reconocimiento como patrimonio etnográfico de la zona.
El tiempo ha demostrado ser una tenaz lluvia que apaga poco a poco hasta los fuegos más violentos. Pero hay pequeñas hogueras, fogatas que continúan en lenta combustión ocultas bajo tierra, que ni siquiera el más terrible diluvio podría sofocar. Que resisten aletargadas el paso de los años a la espera del momento oportuno para avivarse. Parece ser el caso del ‘Antroido’ cerverano. Una expresión sociocultural que se ha resistido a verse arrancada del imaginario popular y que parece haber recuperado sus constantes vitales a tiempo.
Celebro con alegría la recuperación de la mascarada tradicional en Cervera. Celebro que la gente de la Montaña Palentina pueda enarbolar un motivo más por el que sentir ese orgullo de pertenencia tan importante en este desierto de vacío existencial en el que nos han condenado a vivir a los españoles de carretera secundaria y teléfonos sin cobertura.
Tengo pánico a vivir varado en la desmemoria. No hay nada más desarraigado que olvidar el esfuerzo, los sentimientos, la dedicación o las inquietudes de quienes nos precedieron. Por eso son tan necesarias iniciativas como la que ahora nos trae La Anónima en Cervera. Porque la vida pasa ligera. Porque necesito saber de dónde vengo antes que saber a dónde voy. Que lo tenga que llegar, llegará.




