Que el árbol no impida ver el bosque

Palencia

Coincidiendo con la gala de los Goya celebrada el pasado sábado en Valladolid y como sucede cada vez que se celebra la cita más destacada con el cine español se repiten las voces, que siempre vienen del mismo lado, calificando de subvencionados a los profesionales del séptimo arte de este país.

Pedro Almodóvar ya se encargó de dar la réplica a ese tipo de declaraciones, recordando que el cine devuelve con creces al Estado el dinero que recibe. Pero tampoco está de más recordar que estas críticas que pretenden minusvalorar la cultura de este país y tratar como privilegiados a los profesionales del cine, se olvidan de que los asistentes a los premios Goya son un mínimo porcentaje de todas las personas que trabajan en la industria del cine.

Porque hay otra realidad en este sector y es la de la precariedad, bajos ingresos, jornadas maratonianas de trabajo, discontinuidad en la carrera profesional, inestabilidad e incertidumbre laboral. Sin olvidar que fue uno de los sectores más perjudicados por la crisis del Covid y que, a día de hoy, no ha recuperado las cifras de espectadores prepandemia.

Por tanto, puestos a poner el foco en esta industria, sería interesante que se acuerden de esos trabajadores y trabajadoras, actores, maquilladores, cámaras, guionistas y demás que merecen unas condiciones más dignas. El cine español va más allá de sus grandes estrellas.