Cuarenta años del PP

León

Al finalizar la actual legislatura, el PP habrá acumulado casi 40 años de gobierno de la Comunidad de Castilla y León. Los socialistas han gobernado apenas cuatro, justo al inicio de un período histórico que comenzó en el año 1983.

A mitad de mandato, el presidente Fernández Mañueco sigue ejerciendo de una especie de reina madre en un gobierno bicéfalo que desconoce males y remedios de una comunidad compleja con dos territorios cada vez más distanciados. Castilla y León es hoy una región envejecida, despoblada y políticamente irrelevante. A él y a sus cuatro antecesores le debemos nuestro actual estatus débil en lo económico y deficitario en lo social, en lo educativo, en prestaciones sanitarias y en lo medioambiental.

Desde la dirección federal de los socialistas parecen dispuestos a renovar parte de los carteles ejecutivos y electorales en varias de sus federaciones. Entre otras, podría estar la renovación de los cargos de dirección en la comunidad de Castilla y León.

Después de una década y tres oportunidades, el actual secretario autonómico, Luis Tudanca, no parece haber acumulado un perfil con el peso suficiente para obtener en las próximas elecciones un resultado electoral que mejore las cifras de votos de las elecciones últimas.

No es tarea fácil salvar las enormes trincheras mediáticas (prensa, radio y tv) y otros poderes fácticos que trabajan desde hace cuatro décadas el día a día a favor de conservar el poder en las manos amigas.

Los socialistas necesitan presentar otra manera de hacer política y otro tipo de liderazgo que sea capaz de ensanchar la base electoral de un partido que hace mucho tiempo que aquí, en términos deportivos, juega fuera de casa.

En estas tierras la derecha y los postfranquistas ganan casi sin mancharse el traje.