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El Obispo de Palencia señala que las protestas de los agricultores son "una llamada a nuestra conciencia"

Así lo manifiesta Mikel Garciandía en un comunicado que en el que critica que nuestra sociedad se moviliza por la naturaleza y el ecologismo sin en cuenta a las personas que la viven y cuidan

Mikel Garciandía, Obispo de Palencia / Diócesis de Palencia

Palencia

El Obispo de Palencia, Mikel Garciandía, ha emitido un comunicado en el que manifiesta su rotundo apoyo a los agricultores y las protestas que están protagonizando en las últimas semanas. Asegura que lo que estamos viviendo tiene que suponer "una llamada a nuestra conciencia".

Se trata de un texto contundente en el que se posiciona de manera clara, señalando por ejemplo que estamos ante graves problemas "a los que no se busca solución duradera". Asimismo critica que nuestra sociedad se movilice por la naturaleza y el ecologismo "sin tener en cuenta a las personas que la viven y cuidan".

Incide en que el modo de vida del medio rural está cada vez más amenazado y es insostenible y finalmente se pregunta si las protestas de los agricultores serán escuchadas o "otra vez todo quedará en promesas".

Este es el comunicado completo del Obispo de Palencia, que ha titulado "Ruido de tractores":

"Como comunidades cristianas sentimos nuestras las alegrías y las tristezas, y los problemas que vive nuestro mundo rural. Las protestas de estos días suponen una llamada a nuestra conciencia, a salir cada cual, de nuestra existencia, más o menos plácida y segura:

· Pueden ser una parada, un momento de reflexión ante la situación que vive nuestro mundo rural hoy.

· Son una llamada ante problemas graves a los que no se busca solución duradera.

· Deben suponer un tener en cuenta a nuestra gente que vive olvidada por todos… en nuestros pueblos, esos que apenas cuentan, esos que ven cómo otros deciden por ellos y sin contar con ellos.

La nuestra es una sociedad que parece movilizarse con las palabras naturaleza y ecologismo, pero que a menudo no tiene en cuenta a las personas que la viven y cuidan, y tantas veces, como ahora, sufren.

Tras las consecuencias que deja la crisis, el alza de los precios, tanta inequidad en el reparto de los legítimos beneficios, los hombres y mujeres del campo pueden volver a quedarse con sus soledades, sin apenas medios, sin cobertura y en el total olvido... “hasta más ver”. El mundo del campo, de la agricultura, de la ganadería vuelve a ser el mundo de los ignorados y tantas veces utilizados.

Los cristianos de nuestra Iglesia local de Palencia no podemos menos de hacernos eco de tantos hogares y comunidades rurales, cuyo modo de vida es cada vez más amenazado e insostenible.

¿Con el ruido de los tractores se les escuchará, o bien otra vez todo quedará en promesas que el tiempo disipa y olvida?"