Un Hamelín sin flautista: el Centro de Ocio Joven de Aranda atrae a centenares de adolescentes cada fin de semana

Aranda de Duero

Es sábado 24 de febrero. Todavía no son las siete y cuarto de la tarde y ya hay cuatro grupillos de chavales y chavalas que esperan en los alrededores del edificio de Las Francesas, donde, tras una verja, desde hace unos meses, un cartel anuncia la entrada al “Centro de Ocio Joven.”

Es la alternativa que desde hace medio año, aproximadamente, han encontrado varios centenares de adolescentes de Aranda que en los últimos años andaban sin saber muy bien a qué dedicar su tiempo libre en las tardes de viernes y sábados. Pasando frío en inverno, tratando de no empaparse mucho cuando llovía y sin mucha más alternativa que monear, deambulando de aquí a allá o sentarse en la plaza a “pelar la pava”, como hubieran dicho sus abuelas. Una situación que movilizó a padres y madres preocupados por la falta de alternativas de ocio para este colectivo de jóvenes a partir de los 12 y los 20 años, y cuyas reivindicaciones recogió el equipo de gobierno impulsando desde comienzos de este curso un programa de ocio joven que tiene dos puntos fuertes: un lugar resguardado en el que estar con otros adolescentes, y actividades a las que dedicarse.

Son también las dos cosas que más aprecian los usuarios y usuarias de esta iniciativa juvenil, que relatan cómo transcurrían antes las tardes de invierno sin más que hacer que dar un paseo si no llovía, y resguardarse en los soportales de la plaza si arreciaba el temporal. En el mejor de los casos, acudir a casa de alguno de ellos procurando no molestar demasiado al resto de los miembros de la familia. Ahora, el centro de ocio joven, no solo están al abrigaño, sino que la relación de posibilidades que encadenan en sus respuestas es larga: futbolín, dardos, juegos de mesa, patines, baloncesto, rap… Y fútbol, por supuesto. Incluso hay quienes se conforman con la conversación con quienes se encuentran, pero al calor de la calefacción y sin miedo a que fuera caigan chuzos de punta.

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Miguel Angel López es el responsable de la empresa Arte de Lata, encargada durante este curso del programa de ocio joven en las Francesas. Él mismo reconoce la necesidad que existía de esta iniciativa. Lo supo desde el primer día, donde todas las expectativas quedaron superadas, porque la asistencia fue masiva. Y así se mantiene hasta ahora, porque aunque la asistencia fluctúa dependiendo de las horas, la media de asistencia está en unos trescientos jóvenes cada tarde, fundamentalmente del tramo de edad de entre 12 a 16 ó 17 años. Alguna de las actividades más exitosas, como las competiciones de fútbol o patines, han llegado a congregar hasta 400. Miguel Ángel López es testigo de cómo este espacio también les sirve a los chavales y chavalas para crear amistades y vínculos entre sí “Alguno hasta me ha llegado a dar las gracias por tener abierto este espacio porque dice que antes no tenía amigos y ahora ha hecho un montón”.

Y si los adolescentes están encantados, hay otro colectivo aún más satisfecho: el de los padres y madres. “Yo hablo con muchos y están encantados porque saben dónde están sus hijos y que aquí les tenemos, a su aire, pero más o menos controlados.”

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Para los que todavía anden despistados, que no pueden ser muchos porque el boca a boca y las redes sociales están funcionando a toda máquina, el programa de ocio joven funciona cada fin de semana (excepto en periodos vacacionales), en las tardes de viernes y sábado de 7:30 a once. Es el primer curso en que se lleva a cabo con este formato, aunque su éxito augura muchas más temporadas a partir de ahora. Porque el difícil público joven ha emitido su sentencia. “De no tener nada a tener esto... Está demasiado bien. Lo recomendaría a más gente, sí"