Blanca se monta en autobús

Palencia

Quiero agradecer públicamente a la Junta de Castilla y León que haya pensando en mí para poner nombre a la recién estrenada Estación de autobuses de Palencia, Blanca de Castilla, más teniendo en cuenta que la abuela y madre de la reina de Francia, nacida en Palencia, era Leonor, que es precisamente es mi segundo nombre. Primero soy Blanca y después Leonor. Desde aquí señor Presidente gracias por haberos acordado de mí. Hace tiempo que no viajo en autobús, tendré que hacerlo más a menudo. Me encontraré en la estación como en mi casa.

Y tras este chascarrillo, pero que conste que me ha gustado el nombre, a ver si así nos acostumbramos a saber que aquí en Palencia nacieron reyes. Vamos a hablar precisamente de esta nueva estación de autobuses de Palencia, llamada Blanca de Castilla, que hoy es noticia de apertura en periódicos.

Recuerdo mis viajes a Salamanca allá por los años 2000, en los que visité esa estación no sé cuántas veces, y el frío que en ella he pasado, no lo sabe nadie. Estación fría, oscura y tétrica, siempre me ha dado algo de miedo, la verdad. Así que he de reconocer que la nueva reforma me ha encantado, aunque no comparto yo mucho eso del rojo con el morado y el naranja. No soy yo de esos colores. Me hubiesen gustado quizás más colores más claros para dar a ese espacio todavía más luminosidad, pero bueno es estética. Quizás un cambio más en profundidad de todo el edificio en la parte interior también hubiese agradecido, porque tengo la sensación al entrar, de seguir entrando en la misma estación de antes y de sacar el billete en los mismos mostradores. Quizás me tenga que ir acostumbrando pero me esperaba un cambio de esos que te dejan con la boca abierta.

Lo que sí que me ha gustado es esa parte acristalada, que permite a los viajeros no coger pulmonías cada vez que esperan al bus o que esperan a alguien, porque antes más bien, en pleno invierno, lo que esperábamos era un buen catarro.

Me gustan las imágenes que de Palencia hay en ella, aunque la verdad echo de menos algo más promocional de nuestra ciudad y de nuestra provincia en la estación. La estación de autobuses, como la estación de tren deberían ser escaparates de lo que tenemos, imágenes dinámicas y que cautiven al viajero.

Si Blanca de Castilla levantase la cabeza puede que pensase lo mismo que yo.