"Quien piensa en el suicidio no suele tener idea de muerte; es que no encuentra otra salida"

Aranda de Duero

"Es importante hablar del suicidio. Hablar con respeto, hablar de los recursos que hay para abordarlo, puede hacer pensar a la gente que está en esta situación que no es un bicho raro y que hay salida para su situación." No lo dice cualquiera. Así se expresa Helena García Gutiérrez, de la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría del HUBU y miembro de APRESUIC grupo de Apoyo a la Prevención del Suicidio, que junto a Angélica del Torno Ibeas, compañera en el HUBU y también en la asociación, ofrecerá esta tarde una charla en el Centro Integrado de Formación Profesional Santa Catalina para sensibilizar sobre la prevención del suicidio. Lo organiza el departamento de orientación del instituto, cuyos responsables son conscientes de que este asunto cada vez está adquiriendo mayor importancia. Será a las 18:00 en el salón de actos del centro educativo

En primer lugar para apoyar a los y las profesionales que luchan por derribar tabúes, como que ante este tema es mejor callar. "No es verdad que hablar del suicidio lo provoque" insiste Angélica del Torno. "Por ejemplo, si se habla del suicidio añadiendo que el teléfono de ayuda es el 024 permitirá que la gente tenga más facilidad para saber qué hacer, porque una de las cosas más sorprendentes que me he encontrado en APRESUIC es que todavía la gente no sabe cómo actuar ni adonde ir a pedir ayuda ante estas situaciones, ya sean propias o de una persona del entorno."

Un vistazo rápido a los datos

Según los últimos datos de los que se tiene registro oficial, en 2022 en España se sobrepasaron los 4.000 suicidios. "Que se consideren como tal, porque hay episodios que ocultan un suicidio, como accidentes, por lo que el número podría ser mayor" afirma Helena García. "Y eso que España es un país de los que menos suicidios se consuman. Pero hay que tener en cuenta también el impacto en familiares, amigos y entorno de la persona que se suicida que se enfrenta a un duelo muy distinto a otros. Son los denominados supervivientes del suicidio.

Y la tendencia es creciente: están aumentando los intentos entre la población infantojuvenil, y entre las personas mayores, un colectivo incluso más invisibilizado. Pero el mayor número de suicidios se registra entre la población de 40 a 50 años. En cuanto al género, la proporción se mantiene desde hace años: hay una mujer que consuma un suicidio por cada tres hombres, aunque la proporción es la inversa en los intentos: por cada tres mujeres que lo intenta, hay un hombre.

Estas dos profesionales de la salud mental advierten de que conviene no quedarnos solo en cifras: "Los ingresos por intentos autolíticos en nuestra Unidad son muy frecuentes, no son datos abstractos."

La labor de APRESUIC

En este contexto APRESUIC trabaja en la concienciación y en la sensibilización con acciones dirigidas a toda la población, como la de este martes en Aranda, pero también a colectivos específicos que pueden tener un papel más definido en la detección de casos o en su prevención, como puede ser el profesorado. Eso sí, no ofrecen terapias, pero uno de sus miembros ha creado un grupo de apoyo mutuo de "supervivientes del suicidio" que reúne mensualmente a personas que han quedado afectadas por la muerte de un amigo, amiga o familiar. Lo que no dejan de señalar es que faltan mucho medios en la estructura pública de atención a las personas: más psicólogos, más psiquiatras, más recursos a nivel de educación y sanidad.

Y es que tienen claro que "la prevención más eficaz tiene que empezar con la educación emocional desde etapas muy tempranas." En su trabajo detectan que está aumentado, sobre todo en la población juvenil, un cierto malestar existencial, y que a la población en general, pero especialmente a los más jóvenes, les faltan herramientas para abordar situaciones de dificultad en la vida, en las que las personas consideran que no hay solución ni alternativa. Y esta es la clave, insisten, para entender lo que les puede pasar a las personas que tienen ideas suicidas o que llegan a quitarse la vida: "Quien piensa en el suicidio no suele tener idea de muerte; es que no encuentra otra salida" afirma del Torno.

¿Qué podemos hacer?

Aunque no hay una respuesta definitiva ni única para contestar qué se puede hacer para prevenir, algunas pistas de estas dos profesionales apuntan al acompañamiento de las personas en las que se detectan signos de tristeza, desesperanza, apatía, aislamiento... y cambios en el carácter y el comportamiento derivados de ellos. Un acompañamiento que pasa incluso por la pregunta directa sobre sus intenciones de quitarse la vida. "Hay falsos mitos" advierten, como no preguntar directamente por el malestar de alguien cercano por pudor, o por poder molestar. "Si alguien tiene verdadera intención de quitarse la vida, esa pregunta le abre, le da la posibilidad de poder contarlo, y encontrar alivio. Y también de poder acudir con esa persona a recursos sanitarios o de ayuda." Porque otro falso mito que hay que desechar es pensar que quien dice que se va a suicidar no lo hace.

La labor de estas dos profesionales y de toda el colectivo APRESUIC implica la sensibilización de toda la sociedad, porque la prevención debe comenzar por trabajar con las personas desde la infancia. y estar atentos a nuevos signos de vulnerabilidad en jóvenes y adolescentes. "En la gente joven (14-18 años) vemos mucha impulsividad en el origen de alguno de estos episodios de intentos autolíticos". Y detallan, por ejemplo, reacciones ante el enfado con un amigo, o por un fracaso académico. Si bien es cierto que la impulsividad es característica de la adolescencia, los profesionales de la salud mental también detectan en este momento una menor tolerancia a la frustración, dificultades para aceptar un "no", "porque no han tenido que luchar por lo que quieren, lo han tenido muy fácil" y por la cultura de la inmediatez, en la que las cosas se consiguen sin esperar.

Otra situación que llama la atención es la de las personas mayores, entre quienes también crecen los suicidios, en este caso en contextos de soledad o de enfermedades crónicas o incurables.

En definitiva, un panorama en el que parece más que necesaria la labor de APRESUIC, que busca la implicación de toda la sociedad para atajar el malestar existencial que viven algunas personas, creando entornos más amables que permitan acompañarles en la búsqueda de alternativas a la única que ven en esos momentos. Porque las hay,

La charla de Angélica del Torno Ibeas y Helena García Gutiérrez, abierta a todo el que quiera acudir, será a las 18:00 en el salón de actos del CIFP Santa Catalina