Sobre mascarillas y enmascarados

Palencia

Quién imaginó alguna vez que 18 centímetros de mascarilla fuesen codiciado objeto de deseo de infames especuladores. Pienso en toda esta pléyade de trincones con vocación de contrabandistas cuando en los peores momentos de la pandemia permanecían expectantes, minuto a minuto, como si fuesen brókeres alertas sobre valores bursátiles sometidos a una desmedida especulación.

A tenor de lo que vamos sabiendo es posible que cualquiera haya podido ser un activista en el inhumano trapicheo de mascarillas. Aunque los que realmente se han pringado están localizados en entornos conectados con el poder político de diferentes siglas. No, no es la gente de a pie sino chorizos sin escrúpulos ocultos en sus madrigueras que estimularon un cocktail aderezado de necesidad imperiosa, escasez y alta demanda que se costeó con dinero público. O sea, con el dinero de todos.