Se cumplen 45 años de la mayor tragedia en Gredos: dos aludes sepultaron a siete montañeros

En la madrugada del Sábado Santo de 1979 un alud sepultó a seis montañeros que habían acampado en el canal de La Apretura, en la vertiente sur de la Sierra de Gredos. Juanjo, Ximo, Carlos, Ignacio, Maite y Pep se habían desplazado desde Gandía para disfrutar de su pasión, la montaña. Unas horas después un segundo alud barrió a un montañero madrileño que estaba haciendo una ruta junto a su hermano y a otras dos personas que sobrevivieron y dieron la voz de alarma. Hace 45 años no se contaba con los medios que ahora se despliegan cuando hay un accidente y a pesar de que decenas de voluntarios colaboraron en la búsqueda se tardaron varios días en recuperar los cuerpos. Alejandro Muñoz fue uno de esos voluntarios. Aquel 14 de abril había estado esquiando con unos amigos. Estaba ya en casa cuando fueron a avisarle de que había habido un alud en la cara sur de Gredos y había sepultado a un montañero. Sus compañeros de ruta habían dado la voz de alarma. Entonces nadie sospechaba que había más montañeros sepultados bajo la nieve. «El domingo por la mañana nos acercamos al final del carril y vimos tal cúmulo de nieve que aquello era imposible. No podíamos excavar con palas, no teníamos ni sondas ni nada de eso...y avisamos a gente para que nos ayudara». Recuerda que se fijó en que había un coche con matrícula de Valencia en la plataforma de Guisando pero entonces no sospecharon nada, ya que a ellos solo les habían hablado de que se buscaba a un montañero madrileño, Esteban Altieri, que había desaparecido cuando estaba con su hermano. «Al otro día nos trajeron sondas los de la Cruz Roja de Madrid y ya nos organizamos, pero había tal cúmulo de nieve que era imposible encontrarlo. Apareció un macuto, y los de Madrid nos dijeron que no era suyo». Entonces una sospecha empezó a cobrar forma. Podía haber más gente sepultada. «Al día siguiente nos avisan de que un abogado de Gandía tenía que haber ido a un juicio y no se ha presentado», explica Alejandro Muñoz. Recordó entonces que vieron un coche con matrícula de Valencia y la sospecha se convierte en certeza.El 21 de abril el diario El País informaba de que podían ser siete los montañeros sepultados bajo la nieve. «Los de Gandía subieron el sábado o el viernes por la noche y plantaron las tiendas al final del carril, y es que ahí confluyen canales muy pendientes, y es el centro donde cualquier alud barre y sepulta a cualquiera. A ellos les sepultó entre el viernes y el sábado. Y a los de Madrid vino otro alud, cayó uno y fue al que enterró. Los otros iban más despacio y fueron los que lo vieron» El sábado, 21 de abril, se localizó el cuerpo del madrileño Esteban Altieri. Al día siguiente por la mañana se encontraron los cadáveres de José Camarena, Maite Villaplana y Carlos Román. Por la tarde aparecieron Ignacio Hernández y los hermanos José Juan y Joaquín Martínez. Acababa así una búsqueda en la que participaron más de un centenar de montañeros voluntarios junto con agentes de la Guardia Civil, guardas forestales del ICONA y la Unidad Alpina de Cruz Roja. «Estábamos organizados en hileras de un lado a otro de la canal e íbamos despacito metiendo la sonda. Cuando tú metes una sonda y das con el hielo o una piedra, suena, es diferente. Metí la sonda y ya no sonaba duro». Alejandro Muñoz cuenta así cómo encontró uno de los cuerpos. A los montañeros valencianos el alud les había pillado por sorpresa mientras dormían y por ello aparecieron dentro de los sacos de dormir. El Colectivo A un Tir de Pedra organizó en abril de 2023 un homenaje a los seis de Gandía a los que en su página web recuerdan con estas palabras: «en la oscuridad de la noche, en la flor de la vida, Juanjo y Ximo, Carlos, Ignacio, Maite y Pep, encontraron la paz callada bajo el manto blanquísimo de una avalancha, mientras dormían en sus tiendas, montadas bajo un cielo estrellado, allí arriba del Nogal del Barranco, a tocar del refugio Victory, y bajo la sombra serena e indiferente del Torreón de Galayos». En la plataforma de Guisando, donde dejaron sus coches antes de adentrarse en la montaña, una placa les recuerda desde el año pasado. En ella se puede leer la frase «Aquello que amamos nos hace ser como somos, nos hace sentir, y nos hace ser libres». Los amantes de la montaña pueden ahora disfrutar de ella con mayor seguridad porque a diferencia de hace 45 años tienen a su disposición previsiones meteorológicas certeras y específicas para las distintas áreas de montaña de nuestro país, entre ellas la Sierra de Gredos. La Agencia Estatal de Meteorología las publica en su página web con cuatro días de antelación. AEMET se encarga también de emitir boletines sobre el peligro de aludes siguiendo la escala europea que va de 1 a 5 niveles. En esos avisos se da una estimación del tamaño de las avalanchas que pueden ocurrir y se detallan las zonas, orientaciones y tramos de altitud en los que son más probables. En el caso de la Sierra de Gredos esos boletines solo se emiten «si las condiciones lo requieren». En otros macizos montañosos se elaboran con periodicidad semanal, (como en el Parque Nacional de Guadarrama), o diaria (como en los Pirineos).

Se cumplen 45 años de la mayor tragedia en Gredos: dos aludes sepultaron a siete montañeros

Las fuertes nevadas registradas en la Semana Santa de 1979 convirtieron la montaña en una trampa mortal y se tardaron días en localizar los cuerpos

María Ángeles Hernández

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