Lactancia materna
La Firma de Leonor Ramos
Palencia
Leía este pasado domingo un reportaje en el Diario Palentino, del periodista Alberto Abascal, titulado Fidelizar la leche. A medida que iba leyendo el reportaje mi boca se iba abriendo por la sorpresa al leer algunas cosas. Y no por la forma de contarlo, no, ni mucho menos, sino más bien por el contenido del reportaje. Dice el reportaje que existe en el Hospital Río Carrión una comisión de lactancia materna, y que existe desde el año 2007. Que me perdonen los miembros de esta comisión, pero yo desconocía su existencia y eso que fui madre por primera vez allá por el 2013, volví a ser madre en el 2017 y otra vez en el 2019, y he de decir que en ninguna de esas tres ocasiones en las que tuve la oportunidad de visitar el hospital para dar a luz a mis hijos nadie me habló de esa comisión de lactancia materna.
Es más, la primera vez que me estrené en el maravilloso mundo de ser madre- suene lo de maravilloso con algo de ironía, aunque adoro a mis hijos- hubiese agradecido mucho un consejo de esa comisión y no los consejos o mejor dicho órdenes por parte de la enfermera en cuestión que sólo quería darle un biberón a mi hijo porque a mí no me subía la leche…yo ni idea de cómo ponerme yo, de cómo poner al niño…cómo hacer para estar cómoda en esas maravillosas camas…vamos que recuerdo el momento lactancia como lo peor de mi primera maternidad y no es que tuviese un parto idílico, así que imagínense como fue la lactancia.
Di gracias a no sé a quién, porque al llegar a casa, ya no me sentía cuestionada por no saber cómo poner a mi hijo al pecho y por decir que no a los biberones que me ofrecían. Reconozco ahora que no tenía las hormonas en mi mejor momento y claro, me habían dicho que, si el bebé cogía un biberón, ya no iba a agarrarse al pecho así que me negué al 100 %. Mi comisión de lactancia fue mi marido, gracias a él aguanté y conseguí esa bonita lactancia de la que todos hablan, aunque mis lágrimas me costaron. Con mis otros dos hijos lo conseguí antes y sin tanto sufrimiento.
No sé ahora cómo se gestiona todo tras el parto, ni lo sabré en mis propias carnes, sólo espero que muchas mamás, que estén a punto de serlo pregunten allí mismo, por esa comisión y que alguien las pueda ayudar y aconsejar. La lactancia de todas formas es bonita y muy sana, claro que sí, pero no es esencial. No nos volvamos locos. Hay mujeres que no quieren y que no pueden. Pero para esas mujeres que sí quieren, denlas la mano, y estén con ellas. En esos momentos alguien que confíe en ti es esencial.
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