Buenas intenciones, los mismos problemas

Palencia

Muchos palentinos trabajamos y nos volcamos con ilusión y a veces fe ciega por hacer de nuestra ciudad y provincia un sitio próspero a pesar de que esa lucha se produce contracorriente. En el plano empresarial sería fácil nombrar empresas que están haciendo las cosas bien y manteniendo viva esta llama.

En lo que lo se refiere a turismo, también conocemos las bondades del arte y la naturaleza que tenemos y a pesar de que el marketing desde Diputación y Ayuntamiento, hace tres años que bajo mi punto de vista se está haciendo muy bien, aún nos queda todo el camino por recorrer.

Esta semana sin ir más lejos se celebró en el Parador de Cervera una jornada a la que asistí, que pretende organizar y alentar el turismo rural, activo y de naturaleza en la región. Tenemos patrimonio, pero hacen falta más valientes emprendedores que den contenido a esta joya natural que tenemos. Más alojamientos, más restaurantes, más actividades de todo tipo. Desde las instituciones tratan de impulsarlo por lo visto sin mucho éxito. Nos cuentan incluso que hay subvenciones que no se llegan a cubrir. El turismo rural se presenta como una solución prometedora para revitalizar estas regiones y fomentar la fijación de población bajo la premisa de ofrecer experiencias auténticas y en contacto directo con la naturaleza y la cultura local, algo que ha ganado popularidad en los últimos años.

Sin embargo, todo este cúmulo de buenas intenciones choca una vez más con el principal problema de nuestros días, que en esta jornada que les cuento quedó también muy patente, el mundo laboral. Es una pesadilla y “la pescadilla que se muerde la cola”, los pueblos se vacían porque no hay trabajo y buenos servicios, y no hay empresas que emprendan porque no hay gente joven para trabajar en ellos. Por otro lado, hay un cambio de prioridades en el modo de vida de los jóvenes y en su interés por el trabajo y por emprender, que tampoco favorece la situación alentada también por el acceso a las tecnologías y la nueva economía de los trabajadores independientes.

Y resulta además que cuando tenemos algo en proyecto o consolidado, también está sujeto al voraz mundo de la economía y la rentabilidad y se nos escapa.

Sirva de ejemplo la feria regional de ecoturismo Naturcyl que llevaba 6 años haciéndose en Ruesga y que este año se nos va a La Granja en Segovia. ¿Saben por qué?, porque tanto el promotor como las marcas que exponen tienen más cerca 6 millones de clientes de Madrid y mejores comunicaciones. Otra vez que nos toca perder. Es como si el Museo de los cuentos y la ciencia de Rosana Largo en Paredes, que hizo 2 años esta semana y ha sido visitado por 15.000 personas, se va a Madrid porque allí va a conseguir esos visitantes en mes y medio.