Elegir o elegir (ahora, que vienen las europeas)

Aranda de Duero

Una de las facultades o mejor, una derivación del libre albedrío es la facultad individual de elegir. Toda libertad personal exige reflexión previa a cualquier elección. A veces echamos la culpa de las situaciones, sucesos, actos, a la mala suerte, a la herencia familiar, al mal de ojo, a las injusticias, a la política,… a los demás, y no somos conscientes de la importancia que tiene en nuestra vida la elección permanente que como consecuencia nos lleva al rechazo de lo demás: cada vez que elijo algo se produce un rechazo automático.

Si elijo un bar para quedar, si pido un plato del menú, si llamo a una amiga, si voy de vacaciones a la playa, si leo el libro de moda, cuando aprieto el botón de una serie, al comprar en el supermercado,… todas son elecciones que producen el rechazo de otros bares, platos, amigos, libros, series o productos.

Creo que damos demasiada importancia a la actitud con “c”, a nuestra postura, a nuestra manera de estar, a la disposición-posición que adoptamos ante una situación, suceso, acontecimiento, y está bien, pero pienso que debemos reflexionar antes, al elegir, para que no tengamos que forzar la actitud posterior, no tengamos que interpretar lo que nos está ocurriendo.

Si elegimos el amigo “vitamina” no estaremos con el tóxico, si compramos ecológico evitaremos alimentos con pesticidas y no parece que contamine lo mismo un coche eléctrico que uno de gasoil.

Me gustaría desde esta reflexión realizar un canto encendido a la posibilidad de elegir, de elegir de verdad, sin presiones mediáticas, sin obstáculos sociales, sin posturas de presión personal por miedo al ridículo, con libertad para ser yo, con autenticidad, pudiendo decir lo que pienso y siento ante el hecho religioso, la política, la sexualidad, la filosofía y hasta la opción de ponerme una vacuna y no tener que mirar de reojo para ver lo que quieren o piensan los demás.

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Y ahora se nos invita de nuevo a votar, a elegir. Seguramente, dentro de unos meses lamentaremos nuestra decisión o no. Lo que es evidente es que nuestra opción personal exige el rechazo de otras muchas. Pensemos.

Un saludo y que seamos libres para elegir.