"No existe un mejor rodenticida contra los topillos que las aves rapaces"
Expertos en la lucha para el control de las plagas de topillos solicitan incrementar las precauciones durante la realización de trabajos de siega para reducir la mortalidad en los predadores de los roedores
"No existe un mejor rodenticida contra los topillos que las aves rapaces"
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Palencia
François Mougeot (IREC-CSIC) y Fernando Jubete (UVA) llevan tiempo trabajando en un proyecto para tratar de concienciar a los agricultores que no existe un mejor rodenticida en la lucha contra los topillos que las aves rapaces, por este motivo han elaborado una serie de recomendaciones para evitar la muerte y destrucción de manera involuntaria de los nidos de estas aves ahora que va a comenzar la época de siembra.
Durante las próximas semanas la actividad agraria será máxima en toda la comunidad de Castilla y León. Los próximos días coincidirán con el pico de la siega de forrajes en verde, como vezas, avenas y esparcetas, mientras que la cosecha de cereal, aunque es previsible que se retrase algunas semanas, comenzará en las zonas más tempranas del sur de la comunidad en la segunda o tercera semana de junio. Estas labores agrícolas, las de la siega, coinciden en el tiempo con la fenología reproductora de muchas especies de aves rapaces como la lechuza campestre o los aguiluchos cenizo y pálido, especies que crían en el suelo y son particularmente vulnerables durante la cosecha. En el caso de la lechuza campestre, se trata de una especie que solo se reproduce en España cuando hay plagas de topillos, habiéndose registrado una llegada masiva de ejemplares durante los meses de invierno y primavera. En el caso de los aguiluchos, las densidades registradas actualmente son muy elevadas, muy por encima del número de parejas en años normales.
Todas estas rapaces que instalan sus nidos en el suelo, al abrigo de cultivos, son depredadores especialistas pequeños roedores. Estas especies de aves son realmente los verdaderos aliados naturales frente a las plagas de roedores. Por citar algunos ejemplos, una familia de lechuzas campestres consume al año más de 4.500 topillos, en el caso del aguilucho pálido este número supera los 5.000 roedores, siendo algo menor en el caso del aguilucho cenizo al ser una especie migratoria, pero que aun así eliminará de los campos 1.700 topillos. Es algo obvio decir que estas rapaces, junto con comadrejas, zorros y otras especies de aves rapaces son de gran ayuda para los agricultores, además de ser la herramienta más barata para el control de los topillos.
Por estas razones, el equipo de investigación de la UVA y del CSIC-IREC quieren recomendar a los agricultores de la región que extremen las medidas de precaución durante los trabajos de siega o recogida de forrajes y cereales para reducir al máximo las muertes accidentales de aves rapaces durante estas labores. De forma paralela se aportan una serie de medidas que pueden resultar de gran ayuda al agricultor para conseguir estos objetivos.
· En años como este, con un importante número de nidos de rapaces en los cultivos, es muy recomendable reducir la velocidad de los trabajos de las máquinas segadoras para poder detectar la presencia de nidos con huevos o pollos y tener capacidad de reacción ante este supuesto.
· Si se detecta la presencia de un nido, bastará con dejar una estrecha franja de forraje o cereal sin cosechar de tres metros de ancho y de cuatro a seis metros de largo. Esa sencilla medida permitirá a las aves finalizar el periodo de reproducción.
· Los pollos de búhos campestres son nidífugos, es decir, abandonan los nidos antes de poder volar. Si encuentras uno de estos pollos, se recomienda dejarlo en una zona de lindera o arroyo próximo al lugar de recogida, donde los padres se encargarán de continuar con su alimentación.
En septiembre de 2023, el equipo de investigadores de la UVA y del CSIC-IREC, anunciaron que, en base a las predicciones climatológicas y a los estudios realizados durante más de una década, el año 2024 coincidiría con una nueva plaga de topillo campesino en los campos cerealistas y alfalfas de la comarca de Tierra de Campos. Estas previsiones se están cumpliendo, habiéndose constatado desde primeros de año densidades altas de topillos en muchos puntos de Castilla y León, en especial en zonas como el norte de Valladolid y Salamanca, la zona de La Nava en Palencia o la comarca de los Oteros en León.
Las regulares y abundantes lluvias de este invierno y de principios de primavera han propiciado un importante desarrollo de la biomasa vegetal, que sin duda tendrá una importante continuidad en las próximas semanas, esto favorecerá, junto con el incremento de las temperaturas, que las poblaciones de topillos sigan en aumento hasta verano. Fernando Jubete insiste en la necesidad de trabajar mano a mano con agricultores y lamenta que, mientras a título personal son muchos los que participan y colaboran en estos estudios, no lo hagan las organizaciones agrarias ya que los beneficios para ambos serían mucho mayores.