El pequeño teatro de los sueños

Entre la mofa y la realidad, hace años en una pancarta que un gran grupo de aficionados de diversas peñas realizaron, se podía leer "Welcome to the Little Old Trafford", bienvenidos al pequeño Old Trafford, el estadio del Manchester United.

Eran días de vino y rosas en el United, antes de la aparición del otro equipo de Manchester, del City, quien acapararía los flashes, pero sobre todo tenía una cosa Old Trafford, un mote, el Teatro de los Sueños.

Pasaba a ser, de forma un poco irónica, ese mote uno nuevo para el Ruta de la Plata, un estadio que por entonces vivía sus mejores años y sumaba play-offs a Segunda de forma pasmosa. Que rápido se adapta uno a lo bonito y que difícil era.

Si de los motes o sobrenombres que tiene el Ruta de la Plata hubiera que quedarse con uno para ello sería ese porque este año se basa en la fe, en creer, en soñar. Y más de 7.000 personas soñaron desde horas antes con que se podía lograr. Centenares de esos miles arroparon a sus jugadores hora y media hora antes del inicio del partido y los 7.100 pusieron sus gargantas al servicio del equipo de Movilla.

Y Movilla puso a los mismos hombres que el pasado domingo levantaron la eliminatoria y desde el inicio del partido, sus hombres se empeñaron en que se pudiera seguir soñando.

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Fue media hora donde los rojiblancos fueron mejores, donde encerraron a los madrileños, donde siguieron con el empuje de hace siete días y donde Carlos Ramos donde medio estadio veía una locura decidió lanzar un misil que obligó al portero del Sanse a despejar un balón que se colaba por la escuedra y dejarle a Mancebo el balón franco para que este llevara el éxtasis a los suyos. 1-0: el primer gol lo había metido la grada.

Olía sangre Zamora que quería más y durante casi cuarenta minutos, si pudo llegar algo, fue el tanto rojiblanco aunque se vivió un encuentro típico de play-offs: sin apenas ocasiones.

La primera del cuadro visitante fue un lanzamiento de falta que sacó Carlos Ramos pero que iba a detener de igual forma Fermín y la siguiente obligó a Fermín a dar lo mejor de sí para sacar a saque de esquina. Despertaba el Sanse antes del descanso aunque, antes, había pedido penalti el Zamora CF en una posible mano tras un pase atrás de Pito Camacho que había peleado un balón que parecía perdido.

En el segundo tiempo pudo llegar la igualada en un mano a mano que salvó Fermín, pero el Zamora CF tenía la bola, conseguía ataques más largos y en un cabezazo de Cañizo tuvo la mejor de sus llegadas aunque empezó a aparecer el cansancio y tuvo que sufrir el cuadro rojiblanco aunque no llegaban ocasiones claras para los madrileños que, igual que los rojiblancos, encontró el gol de Pareja en una jugada a balón parado.

Un resultado que dejó algo frio a la parroquia zamorana que, aun así, no dudó en levantarse y levantar a los suyos para creer en una victoria fuera de casa para ascender.