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La Junta de Castilla y León comienza a evaluar el expediente de declaración del Pozo Calero como BIC

Personal de la administración autonómica se ha desplazado hasta Barruelo de Santullán para abordar el expediente presentado en el año 2019

Pozo Calero en Barruelo de Santullán

Pozo Calero en Barruelo de Santullán

Palencia

Los técnicos de la Junta de Castilla y León comienzan a evaluar el expediente de declaración del Pozo Calero, como Bien de Interés Cultural. Esta jueves, el personal de la administración autonómica se ha desplazado hasta Barruelo de Santullán para abordar el expediente presentado en el año 2019.

El alcalde asegura que “durante la pasada legislatura se presentó este expediente que, estamos convencidos, tiene muchas posibilidades de salir adelante”. Cristian Delgado destaca que “hemos insistido a la administración autonómica, y ya por fin, hemos logrado que los técnicos comiencen a realizar los informes pertinentes necesarios, ante la incoación de un expediente de estas características”.

El regidor municipal ha mantenido un encuentro y visita con dichos técnicos, a los que ha explicado la importancia del Pozo Calero, “como un referente del valor industrial y patrimonial de la zona que, pese a que sigue en manos privadas, debemos proteger para que no se pierda. Estoy convencido que estamos realizando todos los pasos necesarios, primero para protegerlo, y más adelante para que vuelva a su legítimo propietario que es el municipio”.

El Pozo Calero

La desaparición de la actividad minera puede conllevar también la pérdida del patrimonio industrial vinculado a la misma, algo que los municipios del norte de Palencia quieren evitar antes de que sea demasiado tarde. Por ello, en los últimos meses se han puesto en marcha inciativas como la realización de un inventario del mismo, dentro del Plan de Sostenibilidad Turística de la Montaña Palentina, o la presentación de proyectos vinculados con la memoria minera a los planes de Transición Justa del Gobierno.

El Pozo Calero no es solamente un monumento insignia de la historia de la cuenca minera palentina -fue el más importante de toda la zona- sino que además es un símbolo histórico para la zona por su “trágica leyenda”, según lo describen los autores Fernando Cuevas y C. Alonso en su reseña sobre la historia del Calero, basada en el libro ‘El Pozo Calero. Historia de la minería en el Valle de Santullán’ (Fernando Cuevas Ruiz, Wifredo Román Ibáñez y Luis Llorente Herrero, de Aruz Ediciones).

El nombre oficial era Pozo Grupo Inferior, aunque el topónimo de la zona donde se edificó, Calero, terminó por imponerse. El Calero es un pozo maestro destinado a la extracción de carbón de hulla, a una cota de 342,25 metros de profundidad que terminaron de excavarse en 1914 para dar respuesta a la necesidad de Ferrocarriles del Norte de España de acceder a las reservas de las capas en el sector nororiental del yacimiento minero.

En su parte exterior se construyó un castillete de sillería de 14 metros de altura, con piedra arenisca de Quintanilla en las esquinas. “Se convirtió en el símbolo que marcó la entrada de parte de la civilización en la zona” del Valle de Santullán, según los autores, que también han divulgado su trabajo en el Centro de Interpretación de la Minería de Santullán.

Estuvo en funcionamiento hasta el año 1972. Sin embargo, la empresa Hubasa S.A. lo reabrió a finales de 1993 para extraer un macizo dejado por los antiguos propietarios como protección de aguas entre las plantas 80 y 130. En el año 1996, según los datos que manejan los autores, “producía 60.000 toneladas de carbón anuales y en él trabajaban 106 obreros”. A partir del año 2002, coincidiendo con el deterioro del sector minero, la empresa cierra por segunda vez -y de manera definitiva- el Pozo Calero.

 
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