Economía y negocios

Una finca experimental marca los pasos para que el Bierzo recupere y produzca sus variedades de olivo autóctonas

En estos momentos, según la ABA, hay más de 50 hectáreas de olivares en la comarca. Se trata, dice la Universidad de Córdoba, de utilizar protocolos homogeneizados para evitar el fracaso de variedades que no soporten el frío del Bierzo

Un estudio de investigación dirigido por la Universidad de Córdoba a instancias del prestigioso oftalmólogo berciano Jesús Merayo Lloves, ha determinado la existencia de hasta siete especies autóctonas de olivo en la comarca, lo que permitirá definir y poner en valor el mejor árbol singular para la producción de aceitunas. Estas tiras de ADN van a entrar en el Banco de Germoplasma de la Universidad de Córdoba y formarán parte de un programa internacional que estudia la caracterización, identificación y catalogación de variedades de olivo, para su conservación y uso en los programas de mejora genética.

El catedrático de oftalmología de la Universidad de Oviedo y director del reputado Instituto Universitario Fernández-Vega, ha puesto a disposición de este proyecto una finca experimental familiar ubicada en la Tebaida en la que se han plantado más de 600 olivos y de los que se definirá la variedad que pueda permitir al Bierzo recuperar la histórica producción de aceite que está documentada y que se perdió con el paso de los siglos.

Al frente del equipo investigador está Maribel Trujillo Navas, profesora titular de la Universidad de Córdoba, cuya actividad investigadora relacionada con la búsqueda de nuevas variedades resistentes a las afecciones o enfermedades del suelo y de la planta, considera que el Bierzo, marcando lógicas distancias con la olivicultura, puede convertirse no solo en un terreno propicio para plantaciones sino también para explotar sus posibilidades ligadas al turismo o al tratamiento de enfermedades con el ácido oleanólico.

Desde el grupo Ucolivo se marcarán además las referencias a las que deberán atenerse quienes quieran confiar en los resultados de este catálogo genético que deberá pasar por la inevitable resistencia al frío y las heladas, constantes en esta zona.

Jesús Merayo confía en que en unos seis años se pueda dar el salto a una producción para la que él mismo ya ha reservado otra finca de unas 15.000 hectáreas. Pero la idea es que se convierta en una referencia para la economía agrónoma de la comarca. De hecho, desde la asociación berciana de agricultores aprovechan la oportunidad para volver a exigir a la Junta que cumpla su compromiso de crear un parque agroalimentario en el bierzo que sería el marco adecuado para generar este tipo de cultivos.

Desde el ayuntamiento que ha apoyado la iniciativa, destina ya una pequeña cantidad al reparto de 500 plantones de olivo entre los agricultores del municipio.

 
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