Los hombres de musgo vuelven a conquistar Béjar
La tradición de la localidad bejarana acumula lista de espera para quienes quieren formar parte de la historia
Béjar
Los Hombres de Musgo han vuelto a recorrer este domingo las calles de Béjar (Salamanca) durante la procesión del Corpus Christi, una tradición documentada por primera vez en el siglo XVI y que ahora tiene lista de espera para desfilar con los aparatosos trajes vegetales.
Alejandro Romero Castelany ha vestido y se ha vestido de Hombre de Musgo durante los últimos 48 años y este domingo, su hijo, que ha aprendido a su sombra, ha sido uno de los que se ha encargado de la laboriosa tarea de colocar el complejo atuendo para que aguante bien durante la procesión.
“Cuando yo empecé vistiéndome hace unos 30 años faltaba gente, no se encontraba a nadie que quisiera salir, era un trabajo, te pagaban por hacerlo. Ahora se ha dado la vuelta la cosa, es algo que identifica al pueblo, hay lista de espera hasta el 2032”, ha explicado a EFE el veterano funcionario público.
Interés Turístico Internacional
Los Hombres de Musgo de Béjar, una tradición vinculada a una leyenda de la reconquista, están reconocidos con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional, lo que ha contribuido a que se revaloricen como enseña y orgullo de la localidad salmantina.
“Se basa en un mito: los caballeros cristianos, para tomar por sorpresa la entonces villa medieval, en el siglo XII, de Béjar, se camuflaron con musgo del monte, porque estamos en el sur de Salamanca, rodeados de bosques con musgo, y así reconquistaron la villa que estaba en manos musulmanas”, ha indicado a EFE la historiadora Carmen Cascón, que forma parte del equipo de investigadores del Centro de Estudios Bejaranos.
Y ha añadido: “Se sigue estudiando quiénes son estos Hombres de Musgo, que tienen vínculo con la heráldica medieval y se relacionan también con el hombre salvaje que vivía en la naturaleza”.
Unos 12 kilos de musgo que hay que ir humedeciendo
Los Hombres de Musgo empezaron siendo sólo varones pero hace años que desfilan también las mujeres y, de hecho, “hay más mujeres que hombres últimamente”, ha apuntado Romero.
A primera hora de la mañana, se les comienza a vestir con un laborioso atuendo que llega a pesar unos 12 kilos “según lo húmedo que esté” el musgo, que necesita mantener la humedad “para que no se parta”.
La operación comienza por los pies y termina por la cabeza, que es “la parte más difícil” y se pone la última: “En ese momento ya vamos cansados y tenemos que encontrar la pieza idónea para la cabeza y los hombros”.
“El musgo se preserva en un lugar húmedo y oscuro para no tener que cogerlo cada año, porque está protegido. Lo reciclamos”, ha indicado Cascón, para recordar que se le llama “traje” pero cada año es una nueva creación.
La tradición de los Hombres de Musgo, que ahora son seis los que salen en procesión, “se está intentando recuperar” al completo: “con la fiesta barroca del XVII, los gigantes y cabezudos” y numerosos detalles para hacer brillar este momento clave de la identidad bejarana.