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Intervención en la bóveda de Santa María de Becerril de Campos

El pasado 16 de abril de 2024 se produjo el desprendimiento de un trozo de los nervios de la bóveda de la capilla mayor de la Iglesia

Intervención en Santa María de Becerril de Campos

Palencia

El pasado 16 de abril de 2024 se produjo el desprendimiento de un trozo de los nervios de la bóveda de la capilla mayor de la Iglesia Santa María de Becerril de Campos, que forma parte del Museo Territorial Campos del Renacimiento.

Inmediatamente se procedió a una inspección por los técnicos de la diócesis, decidiéndose la instalación de un andamiaje para realizar un estudio más exhaustivo de la situación.

Mientras se realizan los estudios más detallados, que decidirán las intervenciones tanto en la bóveda como en el retablo mayor, se ha procedido a apuntalar las partes de la bóveda que se encuentran en mayor riesgo.

La iglesia de Santa María es una de las más antiguas de Becerril de Campos, propiedad del obispado de Palencia, fue construida en varias fases durante los siglos XII a XVI. Fue abandonada al culto el año 1971 y está catalogada como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento por Decreto de 12 de abril de 1973.

Sería el 10 de julio de1996 cuando en esta iglesia y gracias a la financiación de todas las obras que se llevaron a cabo durante veinte años por parte de la Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial, cuando se consigue abrir al público el Museo de Arte Sacro de Becerril de Campos.

En el Museo se combinan obras pictóricas, escultóricas, orfebres de toda la localidad, junto con la composición arquitectónica del edificio, su pórtico, sus artesonados, coro y púlpito. Y gracias a la utilización como museo se ha permitido la conservación y restauración del edificio.

Se da acceso a la iglesia a través de un atrio y un pórtico con bonito artesonado y sostenido por dos esbeltas columnas románicas de extraordinaria altura. En esta entrada a la iglesia hasta no hace mucho, se hallaba un león de piedra del que no se conserva resto alguno.

Se compone de dos amplias naves, en la más amplia de las dos es donde se ubica el altar mayor, cuyo dorado fue realizado a expensas del Ilmo. Sr. D. Manuel Macías, Obispo de Lérida en el año 1768.

Según el Catálogo Monumental, las cornisas de las naves están rematadas con ménsulas que albergan estatuillas de madera policromada, que pudieron pertenecer a la parroquia de San Pelayo, siendo de esta iglesia Santa María.

Existe asimismo en Santa María y no en San Marino, cómo erróneamente cita el Catálogo Monumental, una hornacina en la nave central con una tabla española dividida en dos cuerpos; en la parte superior la celebración de las Misas de Gregorio y el inferior la Virgen sentada con el Niño en los brazos.

Conserva en el muro norte capiteles tardorrománicos. A mediados del S. XV se derribará el muro sur del primitivo templo para construir, adosado, otro mayor como ha ocurrido en tantos otros lugares. Entonces se construyó una gran nave a base de arcos diapagma que descansan en pilares y que soportan su artesonado que cubre todo el espacio salvo la Capilla Mayor. Esta la cubre una bóveda estrellada semejante a algunas de la catedral de Palencia, aún conserva decoración original en sus nervios.

De notable importancia es el retablo de Nuestra Señora La Antigua del S. XV y principios del S. XVI, de puro estilo gótico.

En el S. XVIII fue retirado del ábside de la nave central, instalando el actual en 1768. El antiguo retablo mayor pasó a presidir la nave lateral del templo, donde estuvo hasta 1971 cuando al cerrar la iglesia comenzaron las primeras obras de restauración.
Es aventurero hacerse una mínima idea de cómo sería el retablo original.

No sólo por el nombre que recibe el retablo, sino también por la evidencia de los temas que en él se representan debemos de suponer que el retablo iría presidido por una imagen de la Virgen.

Por ello, una reestructuración de lo que sería el retablo primitivo estaría compuesta por las trece tablas de Pedro Berruguete, dedicadas a la vida de la Virgen y las esculturas de Alejo de Vahía.

Las tablas realizadas al óleo de Pedro Berruguete se disponen de la siguiente manera; en el banco se representa a los profetas Salomón, David, Ezequiel e Isaías.

Asentadas sobre estas profecías se halla el segundo cuerpo donde aparece “El abrazo de la puerta dorada”, “Nacimiento de María”, “Presentación del María en el templo” y “Desposorios de la Virgen”. Y por último en el último cuerpo, otras cuatro tablas: “La Anunciación”, “La Natividad”, “La Epifanía” y “La Presentación de Cristo en el templo”.

Las imágenes de Alejo de Vahía que se conservan todas ellas serían: “La Virgen sedente con el niño”, los arcángeles “San Grabiel” y “San Miguel”, los apóstoles “San Felipe”, “Santiago El Menor” y los cuatro evangelistas “San Mateo”, “San Marcos”, “San Lucas” y “San Juan”.

De gran interés es el artesonado, de finales del S. XV que conserva el sotocoro; figuras caprichosas tanto de hombres como de animales, de éstilo similar al mudéjar.

También hay que destacar su hermoso púlpito de estilo gótico, que cómo ocurrió en muchos casos fue revestido de yeso.

Avanzado el S. XVI se abrió en el costado sur del presbiterio un gran arco para dar entrada a una nueva capilla que conserva yeserías representando los cuatro evangelistas, que muy bien podrían ser obra de los hermanos Corral de Villalpando. Por esas mismas fechas se construiría el gran pórtico que conserva en su parte central un bello artesonado.

Las reformas de los S. XVII y XVIII añadieron al templo una sacristía, hoy desaparecida y encubrieron las naves con sencilla decoración de yeso ocultando durante dos siglos, el artesonado de la nave principal.

Cerca a la sacristía se encontraba la capilla del Obispo, Don Diego Vela con los altares del Santísimo Cristo de las Angustias; con dos imágenes atribuidas a Juan de Juni o a su escuela, y el altar de San José.

En la actualidad el museo contiene 158 obras de distintas épocas y estilos. Junto a la obra más impresionante que se alberga en el museo y tal vez la más conocida que es el primitivo retablo de Santa María, hay que destacar la totalidad de 21 obras pictóricas, 49 orfebres, 8 retablos y 79 obras escultóricas.

Entre los autores de gran envergadura se encuentra Pedro Berruguete (c.1450-1503) por sus atribuciones pictóricas ya mencionadas. Otro autor a destacar es Alejo de Vahía (act. 1490-1510) con sus 23 piezas, entre las que destacan además de las mencionadas “El Padre Eterno”, “Santa Catalina de Siena”, “San Pedro”, “Una Esperanza”, “Una Virtud”, “Ángel con la Cítara”, “Santo Entierro” y “Un Apostol” y dos Cristos Crucificados.

Destacan también un tríptico falmenco “Los Desposorios de místicos de Santa Catalina” por Jan Van Dornicke (1520-1525), una “Virgen con el Niño” y “Un Medallón del Padre Eterno” de Juan de Juni (1507-1577), otra pieza de la “Virgen con el Niño” de Hernando de Nestosa, a Francisco Giralte (¿ -1576) pertenece la obra escultórica de la “Misa Gregoriana”, a Tomás Sierra la escultura de “Santa Bárbara” y a Francisco Esteban el óleo sobre tabla “Santa Eugenia”.

Otras obras que conserva el museo son Cristos Crucificados, Retablos como el “Retablo de San José”, “Retablo de San Antón”, “Retablo de la Virgen”, “Retablo de los Desposorios de Santa Catalina”, “Retablo del Calvario” y “Retablo con la Predela del Juicio Final” , imágenes de Santos, etc…

Existe también una sección de orfebrería donde destaca una preciosa Arqueta-Expositor en plata dorada, cruces procesionales, crismeras, incensarios, minajeras, cruces de altar, cálices etc…

 
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