El arzobispo de Burgos iniciará acciones legales si las monjas de Belorado no se van del monasterio

Burgos

El arzobispo de Burgos, que actúa como Comisario Pontificio en el caso de las religiosas clarisas de Belorado, excomulgadas este fin de semana, iniciará las acciones legales para su expulsión si no abandonan voluntariamente el monasterio. Asegura que no hay plazos pero habla de unos días de plazo para que recapaciten y salgan del edificio. "Esperemos que ellas se den cuenta de que al no ser ya religiosas, no pertenecen al monasterio y no deben estar ya en ese lugar", ha anunciado.

Ha explicado que la situación del falso obispo excomulgado Pablo de Rojas y el autodenominado cura José Ceacero es completamente distinta, ya que entraron al monasterio sin pertenecer a la comunidad. El arzobispo Mario Iceta insiste en que son las monjas las que abandonaron la iglesia y nadie las echó. En todo caso, recuerda que tienen la puerta para volver. "Es importante, son ellas las que deciden abandonar, no se les echa de la Iglesia Católica y nosotros, después de haber comprobado que lo hacen libre y voluntariamente y transcurridos los plazos para que puedan reconsiderarlo, declaramos que han marchado de la Iglesia Católica", ha apuntado.

Lo que el arzobispo considera claro es que sigue habiendo una comunidad de clarisas en Belorado. "Como ya se afirmó, sigue existiendo una comunidad monástica, porque hay otras ocho monjas, cinco hermanas mayores y otras tres que aunque no estén físicamente en el monasterio, pertenecen a esa comunidad". De hecho, según ha relatado, varias hermanas de otros tres conventos se han ofrecido para ir a Belorado a atender a las cinco monjas de mayor edad. Iceta asegura que físicamente están bien atendidas pero se les está privando de su vida religiosa.

También otras comunidades clarisas aportarán fondos para cubrir los gastos del monasterio de Belorado, porque en este momento solo aparecen en sus cuentas bancarias 6.000 euros, insuficientes para atender los gastos. Mientras tanto, según el arzobispo, las religiosas parecen más preocupadas por las propiedades que por la vida espiritual. En este caso, insiste en que los monasterios son entidades jurídicas que solo pueden alterarse por la autoridad competente, la Santa Sede. "Las propiedades e inmuebles son bienes eclesiásticos. Este arzobispado no me pertenece a mi como persona física, yo soy el administrador, el día que yo cese de arzobispo no tengo nada que hacer aquí", explica.