Un capítulo más del desastre ferroviario del verano

Son días de idas y de vueltas, de hacer y deshacer maletas, de pueblos y zonas turísticas llenos, y de viajes. Y a veces de complicaciones de última hora asociadas a esos viajes, lo que nos lleva una vez más, a uno de los temas de este verano. Con un consejo para quienes tengan previsto tomar un tren: calcular los enlaces con otros medios de transporte con tiempo, con mucho tiempo de sobra porque los retrasos en la Renfe ya son norma.

Hemos tenido conocimiento estas últimas semanas de frecuentes incidencias en distintas líneas ferroviarias, normalmente relacionadas con averías en los modernos trenes AVRIL y AVLO, y ahora se suma una más. Una que en este caso no afectó a la línea Madrid-Galicia, por tanto a ningún tren que pasara por Zamora, pero de la que hemos sabido por el testimonio de una joven profesora zamorana que precisamente iniciaba el miércoles previo al puente sus vacaciones.

Un inicio que se complicó debido a una avería, una más, en el tren que había tomado en Madrid para viajar a Cádiz. A la una de la tarde camino de Sevilla y en medio de un páramo con 35ºC, se repitió la historia: el tren se paró, se quedó sin electricidad, por tanto sin aire acondicionado, las máquinas de agua no funcionaban, no se podian utilizar los aseos ni abrir las puertas y nadie daba ninguna explicación, únicamente los operarios que acudieron a reparar la avería que contaron a los viajeros que se trataba de un problema recurrente en ese tramo en el que la catenaria se queda en ocasiones sin tensión. O sea un problema conocido al que no se ha puesto solución. Un episodio más del desastre que se está viviendo este verano en los trenes de Renfe y que termino unas tres horas despues con el traslado en autobús de los viajeros.