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“Todo el mundo quería un Megane”

Después de 30 años, Palencia se despide de un vehículo que se ha convertido en un icono para la planta de Renault en Villamuriel de Cerrato

Renault presenta la transformación de la fábrica de Villamuriel producir el nuevo Mégan Cadena de montaje del nuevo Mégane en la fábrica de Villamuriel (Palencia) / Bragimo

Palencia

A. Míguez / ICAL

La década de los años 90 en la fábrica de Renault en Villamuriel de Cerrato (Palencia) se recordará siempre por la llegada del Megane. Atrás quedaban modelos tan míticos como el R12, el R14, el R19 o el Laguna. En concreto, fue en 1994 cuando la multinacional francesa eligió la planta palentina para que, en sus instalaciones, se fabricara de manera exclusiva este nuevo modelo que revolucionaría el mercado y sería un éxito de ventas en todo el mundo. Ese fue el comienzo de una historia de amor que ha durado 30 años. Desde entonces y hasta abril de este 2024 Palencia y el Megane han ido de la mano

Una vez se supo que la fábrica de Villamuriel era “la elegida”, la fabricación del Megane empezó justo un año después, en 1995. A partir de ahí fueron tres décadas de muchas alegrías y algún que otro obstáculo hasta alcanzar una producción cercana a los seis millones de vehículos. De hecho, y gracias a este modelo, a lo largo de estos últimos 30 años Renault logró cifras de ventas nunca conseguidas hasta la fecha. Fue un coche que marcó a multitud de generaciones, se convirtió en el buque insignia de la compañía y permitió a la planta de Villamuriel de Cerrato trabajar a un ritmo frenético.

“Todos querían un Megane y fue un modelo líder de ventas durante la primera década de los 2000. Fue un coche que nos dio grandes satisfacciones. Siempre ha sido sinónimo de puestos de trabajo y vitalidad para la provincia. Era el modelo por el que se peleaban todas las factorías de Renault en el mundo pero, afortunadamente, lo teníamos en Palencia y nos encargamos de cuidarle y mimarle muchísimo”, reconoció Roberto Bécares, responsable de comunicación de CCOO Renault . “Llegar a trabajar a cuatro turnos es un hito que es imposible de volver a lograr”, añadió. “El pico de contrataciones asociadas al Megane se alcanzó entre los años 2016 y 2017. Se trabajaba las 24 horas y los siete días de la semana con más de de 5.000 empleados”.

Sin embargo, el hecho de contar con el coche “más deseado” no implicaba solo ventajas ya que consigo acarreaba también una importante responsabilidad. “Nos marcaban objetivos muy altos y exigentes. Si no los cumplíamos, no podíamos optar a vehículos tan codiciados como el Megane”. remarcó Bécares. Pese a todo, la factoría palentina supo estar a la altura y cumplió con las expectativas. De sus instalaciones salieron en total casi seis millones de coches modelo Megane en sus cuatro variantes diferentes. “Eran cifras récord nunca antes vistas en Palencia”. “El Megane llegó como una continuación del Renault 19 que ya se fabricaba aquí. Fue una evolución y un salto tecnológico muy alto”, explicó Bécares. “Los trabajadores que estaban en aquella época no podrán olvidarlo jamás”.

El Renault Megane de 1995 fue un automóvil innovador para su tiempo al disponer de un nuevo enfoque en la seguridad. Salió a la venta en una amplía gama de versiones para adaptarse a las necesidades y los gustos de los clientes. Estaba disponible en varias versiones de carrocería incluyendo el hatchback de cinco puertas, el Classic sedán de cuatro puertas, el modelo coupé de dos puertas y una versión familiar conocido como el Megane Break. Su diseño era moderno, aerodinámico y con líneas suaves. Su frontal se caracterizaba por tener faros alargados y una parrilla pequeña. Contaba además, con una amplia variedad de motores de gasolina aunque también estaba disponible con motor diésel e incluso, una versión turbodiésel.

Disponía de un espacioso maletero e incluía extras como la dirección asistida, el elevalunas eléctrico, aire acondicionado o sistema de audio. El Renault Megane fue uno de los primeros coches en su segmento en ofrecer airbag de serie para el conductor y contaba con una estructura diseñada para mejorar la seguridad en caso de impacto. Se popularizó como un coche “cómodo y estable”.

Un vehículo, en definitiva, que poco o nada tenía que ver con el último modelo que se terminó fabricando en la planta cerrateña 30 años después: el Megane R.S. Ultime. Este diseño marcó el fin de la línea deportiva Renault Sport que había estado activa desde 1976. Se convirtió en un modelo icónico ya que con él, se cerró la producción de los modelos deportivos del Megane en esta planta concluyendo así, un importante capítulo en la historia de Renault en Palencia.

Y es que este año 2024, Renault en Villamuriel de Cerrato dijo adiós al Megane. En el mes de abril llegó el fin de una era después de treinta años vinculados a un modelo que situó a la factoría palentina como referente mundial en la producción de vehículos. “Ha dado mucha pena despedirse del Megane pero también lo hemos afrontado con la ilusión de recibir nuevos proyectos. Durante mucho tiempo ha sido nuestra piedra angular y una especie de salvavidas para la fábrica. Gracias a él, nunca hubo miedos de que la planta pudiera cerrar o ser trasladada a otra ciudad”, reconoció Bécares en declaraciones a la Agencia Ical.

Ahora, el Megane se ha marchado llevándose consigo una época dorada que quedará para el recuerdo. Su legado deja una factoría asentada pero consciente de que el mercado ha cambiado. “Ahora estamos en un momento muy bueno. Parece que el cataclismo provocado por la pandemia o los problemas de abastecimiento han quedado en el pasado. Trabajamos dentro de una estabilidad. Estamos haciendo vehículos muy avanzados tecnológicamente y están teniendo mucho éxito en el mercado”.

Todas sus esperanzas están puestas en los nuevos modelos que han llegado para dar relevo al Megane como, por ejemplo, el Rafale. Su llegada obligó a modernizar la línea de montaje para adaptarse a este SUV que incluye prestaciones de última tecnología. De hecho, fue necesario instalar dos bancos de calibración ultramodernos para asegurar así el correcto ajuste de los equipos electrónicos así como adaptar una cabina de soldadura láser que permite la instalación de su techo panorámico. Un modelo que antes de salir a la venta ya contaba con una lista de espera de 500 clientes españoles. “Todo ha evolucionado mucho. Los coches ahora son mucho más modernos y por lo tanto, las plantas donde se fabrican también lo son. Las nuevas tecnológicas permiten fabricar coches más avanzados y seguros pero también, ayudan a mejorar o aumentar la producción incrementando además, los controles de calidad”.

Actualmente, de la factoría de carrocería de montaje de Palencia sale también el Espace, un monovolumen equipado con un motor E-Tech full hybrid, y el Austral, un modelo que acapara prácticamente el 80 por ciento del volumen de trabajo en la planta ya que es el más demandado en el mercado. Por su parte, el Renault Megane, ahora completamente eléctrico, ha continuado su andadura lejos de Palencia. Su fabricación se ha trasladado hasta Francia. En concreto, hasta la planta que Renault tiene en Douai dentro del complejo industrial conocido como ‘Renault ElectriCity’. Unas instalaciones que se dedican exclusivamente a la producción de vehículos eléctricos.