Sociedad

Tradición, devoción e historia: Javier Nebreda Requejo, de Aranda y para Aranda

Conocemos la trayectoria de un rostro conocido y visible de la ciudad

Tradición, devoción e historia: Javier Nebreda Requejo, de Aranda y para Aranda

Aranda de Duero

Podría tener ocho apellidos arandinos. Porque su ADN es muy claro. Y en su árbol genealógico se halla un bisabuelo -el ingenioso Ceferino- que inauguró uno de los negocios más llamativos del comercio local en un lugar inmejorable: bajo los soportales de la Plaza del Trigo. Conoce al dedillo las tradiciones, devociones, y la historia de la ciudad. Javier Nebreda Requejo tocaba la dulzaina -lo aprendió de forma autodidacta porque pensaba que se perdía-, pero musicalmente le marcaron los Rolling Stones, allá por los 13 años. Allí aún no tenía su carismática barba, "pero cuando pude me la dejé hasta la mili, y porque no quedaba otra". De aquella adolescencia guarda "buenos recuerdos".

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El negocio de una vida

En la tienda ya mencionada, que regentó luego no pocos años, "se vendía de todo, y había muchos artículos, pero cuando Aranda creció se pedía más variedad", por lo que el negocio, que inicialmente dirigió su bisabuela, se especializó. Y evidentemente si fin no fue fácil. "Me ha tocado asistir al crecimiento de Aranda, pero también a la caída del comercio tradicional", expresa. Al no ver sus descendientes futuro en el establecimiento, no dieron continuidad al mismo. Así se cerró una verja abierta al mundo muchas décadas.

Javier, en la bodeguilla que tanto quiere / cadena ser

Familia y cofradía

Hablando de familia, detalla que su tío abuelo fue el Comandante Requejo, que estuvo en todas las guerras de la época. Y si hablamos de 'Requejo', habla con especial recuerdo de 'La bodeguilla de Requejo' -la bodega que ahora ocupa la Peña Tierra Aranda-, que siempre le llamó la atención. Y por enlazar, hablando de ocupaciones, cabe destacar la colaboración con la Cofradía Virgen de las Viñas -con más de 5.000 integrantes-, que allá por los años 30 fundó su padre. "Cuando mi padre fue concejal dejó el cargo de vocal, y hace unos 35 años me llamaron para preguntarme, entré de secretario y ya llevo unos 20 años de presidente, que me han vuelto a elegir a pesar de mi edad", añade entre risas.

Lo que no valora positivamente es la actual relación con el consistorio. "Hemos tenido relaciones muy buenas con todos los Ayuntamientos, fluidas, pero actualmente no es así. Quizá el actual Ayuntamiento parece que estas cosas las ve desde otra óptica. Han tardado en recibirme más de dos meses desde que pedí una entrevista. También para presentar proyectos como el que tenemos en la balconada. Y es la queja que tengo. No veo su implicación. Tuvimos que borrar incluso dos veces un grafiti", asevera.

Procesión por la calle Isilla / Cadena SER

Su vida actual

Ahora sus mañanas las pasa andando diez kilómetros, aprovechando a ir en bicicleta, leer, y gestionar la cofradía, que no es poco. Javier está jubilado, pero su implicación con la tierra que le vio nacer y crecer sigue intacta. Es otra de esas personas que decidió no ponerse nunca de perfil. Y qué acierto.

La charla al completo puede reproducirse en el audio superior.

Jorge Alvarado

Periodista. Responsable Digital de la SER en...