La Policía Nacional incrementará la vigilancia nocturna en Santa Catalina
Es el compromiso adquirido con la Asociación de Vecinos tras dos episodios de violencia consecutivos más graves de lo habitual
Aranda de Duero
La Policía Nacional dará otra vuelta de tuerca a la vigilancia en las zonas más conflictivas del barrio de Santa Catalina. Ese es el compromiso adquirido en una reunión que mantenían responsables de este cuerpo con el presidente y la tesorera de la Asociación de Vecinos del barrio.
Ya habían tenido un encuentro de trabajo a finales de junio, pero la reyerta que se produjo el 27 de agosto en el cruce entre la avenida de Burgos y la calle Pizarro, frente a la iglesia parroquial ante la mirada atónita de un buen número de testigos, y la pelea nocturna que acabó con uno de los contendientes en el hospital con una herida de arma blanca han motivado una nueva toma de contacto, donde se ha puesto sobre la mesa el compromiso de aumentar la presencia policial de manera disuasoria en el cogollo más problemático para atajar la venta y consumo de drogas y poder intervenir con más celeridad en caso de necesidad, ofreciendo seguridad y bienestar a todos los vecinos. “Por parte de ellos hay poco más que hacer que aumentar la vigilancia para atajar el problema que hay y si se produce ir con celeridad y que no se llegue a las manos, porque el problema de las peleas es cuando ya se sacan las navajas y terminan con la gente en el hospital”, comenta Antonio Adeliño, el presidente de este colectivo vecinal.
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Los episodios de ocupación de viviendas vacías y problemas de convivencia e insalubridad que generan, los actos vandálicos y las alteraciones del descanso nocturno, que no son exclusivos de este barrio, ya motivaron un incremento de la vigilancia policial. Cuando se produjo esta última reyerta el presidente de la asociación ya comentaba que no era un problema de falta de vigilancia, sino de adaptación de determinados colectivos, que tienen la violencia por bandera. Aún así, Antonio Adeliño se congratula del compromiso adquirido por los mandos de la Policía Nacional. “A raíz de estos problemas que se daban, ya se aumentó un poco más la vigilancia en el barrio y en ese área, porque parece que Santa Catalina es el Bronx y aquí no se puede dar un paso, pero el problema se localiza casi a horas nocturnas cuando la gente normal estamos durmiendo, con lo cual no nos afectan las peleas al común del vecindario, sino que es un problema entre un sector que normalmente son inmigrantes, que cuando tienen cuatro copas la trasladan a la calle, pero no es un problema exclusivo del barrio, ni algo generalizado como para preocuparse, aunque la mayor presencia policial ayuda a que estos problemas no se den”, concluye Adeliño.