Un bosque 'para comérselo' en el Valle de Caderechas de Burgos
El proyecto Bosque Comestible, participado por la Asociación Ábrego, los productores del Valle y la Fondation Auchan, transformará una hectárea de tierra baldía en un ecosistema productivo
Un "Bosque Comestible" en Caderechas
Burgos
El proyecto de creación de un Bosque Comestible, que ha sido hoy presentado sobre el terreno con la participación del presidente de la Diputación de Burgos, Borja Suárez, y del alcalde de Rucandio, Rubén Fernández Ojeda, y una nutrida representación de alcaldes del valle, pretende transformar una hectárea de tierra baldía en Las Caderechas en un ecosistema productivo y sostenible que ponga en valor las variedades frutícolas y arbóreas autóctonas de la zona, y que, al mismo tiempo, tenga un enfoque formativo y educativo, involucrando a la población y a la provincia en la sensibilización ambiental, el apoyo a las economías locales y la promoción de una la buena alimentación.
Así, imitando la estructura arquitectónica y funcional de un bosque natural, se plantarán 1.600 árboles frutales autóctonos, como manzanos, cerezos y perales, además de arbustos frutales, como arándanos, frambuesas, grosellas y moras. Entre ellas, destacan 30 variedades frutales, que incluyen 10 variedades antiguas de gran valor patrimonial y gastronómico.
“Esta selección no solo fomentará la preservación de especies autóctonas, sino que también fortalecerá la producción de alimentos a nivel local, impulsando una agricultura regenerativa y sostenible”, ha explicado el presidente de la Asociación de Comerciantes y Productores de Valle de Las Caderechas, Juan José Gandía, quien ha añadido que “a través de la aplicación de nuevas técnicas de manejo del agua y la plantación de especies frutales y autóctonas, esta iniciativa busca regenerar el suelo y fomentar la biodiversidad”.
Una de las claves del proyecto será la implementación del sistema KeyLine, una estrategia de manejo del paisaje que maximiza la captación y filtración de agua, contribuyendo a un uso más eficiente y sostenible del suelo.
El proyecto, que nace con una subvención por parte de la Fondation Auchan de 40.000 euros, “comparte al 100% los valores que están en el ADN de Alcampo” y eso le ha valido que sea uno de los cuatro proyectos que la Fondation respalda en España en su convocatoria de 2024.
Carmen Odilón, directora de Alcampo Burgos, ha asegurado: “Trabajamos para hacer realidad nuestra visión: comer bien y vivir mejor, cuidando el Planeta”, y este proyecto no solo contribuye a conservar los recursos naturales de esta zona de Burgos, recuperar la biodiversidad, preservar los alimentos locales, sino que hace hincapié en la promoción de la buena alimentación, el desarrollo económico y medioambiental y tiene un fuerte impacto social”, ya que esta iniciativa representa un modelo de desarrollo regenerativo que no solo beneficiará a la tierra, sino también a las personas que la habitan.
Y es que, tal y como ha precisado Astrid Henmark, coordinadora de proyectos de la Asociación Ábrego, “el bosque comestible no es un fin en sí mismo”. “Busca restaurar el terreno, pero también crear un espacio de aprendizaje para la provincia de Burgos, donde personas adultas, niños y niñas tengan la oportunidad de conocer y recibir formación sobre alimentación sostenible, apoyo a las economías locales y sensibilización hacia el medio natural”.
Según ha explicado, en el bosque comestible se impartirán formaciones dirigidas a productores y productoras de la provincia de Burgos en temas clave como horticultura ecológica y gestión sostenible de suelos. Estas formaciones contribuirán directamente al desarrollo del propio bosque comestible, ya que los participantes colaborarán en tareas esenciales como la plantación, el riego y la biofertilización del suelo, promoviendo un modelo de trabajo colaborativo y regenerativo.
Se implementarán también actividades de ciencia ciudadana, entendiéndolo como un conjunto de prácticas que involucran a la ciencia y la sociedad en actividades como la medición de indicadores de calidad ambiental, el censo de insectos, mariposas y aves, así como la implementación de un observatorio ciudadano que permitirá recoger datos fenológicos de especies concretas de árboles y arbustos, con el objetivo de estudiar los efectos del cambio climático en los ciclos biológicos.
Las y los más peques también participarán en el proyecto a través de visitas escolares con el fin de acercar a las nuevas generaciones, a la realidad rural y fomentar el respeto por el medio ambiente. Se organizarán visitas de centros escolares de Castilla y León a las fincas productivas del Valle de Caderechas.
Estas visitas permitirán al alumnado conocer de primera mano la vida en los entornos rurales, así como los empleos y profesiones clave en estos lugares, con especial atención a aquellos que actualmente ofrecen más oportunidades. A través de estas actividades, se espera educar en la importancia de una relación respetuosa y justa con el territorio, contribuyendo al desarrollo de una conciencia ecológica y social.