El Pucela cava su propia tumba en Sevilla
Sus propios errores provocaron los dos goles del Sevilla. Kike Marcó para empatar en el 57'
Valladolid
El Real Valladolid cayó ante el peor Sevilla que se recuerda en años. Los errores de bulto de los de Pezzolano sentencian un partido que los sevillistas aprovecharon para marcar sendos goles, uno en cada parte (Peque en el 45' y Ejuke en el 85'). Kike tras una gran jugada y asistencia de un Mario Martín que fue creciendo durante el partido, mucho más cómodo cerca del área que en la suya propia, ponía el empate y abría en el partido en el inicio de la segunda mitad.
Pero el encuentro, al margen del resultado, muy doloroso viendo la tensión y el ataque de nervios de su rival, volvió a dejar bien claras las carencias de este Valladolid que no acaba de arrancar. Muy inseguros atrás con dos centrales incapaces de rectificar ni un solo error y comunicando esa inseguridad al resto de las lineas y con un centro del campo impreciso, por momentos descolocado, que nunca se impuso. Adelante, poca cosa, de hecho el Valladolid no olió la portería contraria salvo en el gol de Kike, que por cierto llegó en un buen momento y que hizo temblar al Sevilla.
El Valladolid pareció hacer lo que no hace casi nunca, lanzarse a por el partido. Con Marcos André y Latasa como referencias y con Moro e Iván Sanchez en las bandas, el partido se abrió y parecía no tener dueño. El Valladolid merodeó el área y el Sevilla se encontró con el que a la postre fue el mejor de su equipo, el portero Hein. Pezzolano puso fin al desorden y cambió a Meseguer por el delantero brasileño. El mensaje llegó al Sevilla que apretó hasta conseguir el gol de la victoria tras otro fallo grave en la salida de balón, esta vez del propio Meseguer.
Y así se acabó la historia. La tremenda falta de ambición y los errores propios acabaron con las aspiraciones de un Valladolid que tuvo en sus manos una clara oportunidad de llevarse un partido ante un Sevilla muy flojo, un manojo de nervios, que vio recompensada sus ganas de ganar.