Horas de trabajo desinteresado para embellecer los alrededores de la patrona de Aranda de Duero

Aranda de Duero

Tener conciencia del entorno, amar tu tierra y no resignarse a ir más allá. Son tres características que posee Marino Higuero. Quizá no sea noticia que es un trabajador del equipo de Parques y Jardines que cuidan la ciudad. Pero sí que hace horas extras por su cuenta -y no retribuidas, precisamente- para embellecer el entorno en el que se ubica la patrona de Aranda de Duero. En su tiempo libre, Higuero se ocupa y preocupa de los demás. Hay elementos en el entorno del monumento en honor a la patrona de la villa que él ha ido construyendo de forma altruista y con permiso y autorización del consistorio. El ejemplo es un pequeño pozo, junto a las escaleras de la ermita, o las jardineras que rodean al templo. "Es una cosa que a mí me gusta. Es nuestra patrona y disfruto con ello, no me cuesta emplear tiempo en ello. Pido permisos y si me dejan, voy por ello. Fue el caso del pozo que hay en el patio interior. Y se fiaron de mí, porque cuando haces algo tienes que estar seguro, y yo lo estaba", dice.

Cómo surge

"Vi un rincón vacío y se me ocurrió hacer el pozo. Fui a por la piedra a Sotillo. Y fuera de la Virgen había fuera un árbol tirado al que le iban a hacer astillas, y con ello empecé a desarrollarlo poco a poco, a mano, con hachas y serrucho. Cuando llueve y no se puede hacer nada, me entretengo en hacer jardineras. Y aún tengo muchas cosas en la cabeza para hacer", explica. Porque sí, las jardineras que rodean al templo también son de su creación. "Son troncos secos que encuentro, los he ido vaciando, y con una mocheta le he sacado filo y con paciencia. Esas jardineras llevan tiempo, cada una igual se te va a una semana porque lo haces a ratos libres, y luego tienes que ir dándole tus formas. Pero yo con un cacho de lija lo hago. No tengo gran herramienta", reconoce entre risas.

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Pero atención, porque Higuero tiene más proyectos en mente. "Hace poco arrancaron una tocona gigante, la he ido pelando, y quiero sacar unos brazos y poner unos maceteros recubiertos con cuerda y que caigan de los maceteros unas petunias colgantes o algo así. Ya tengo el lugar; irá dentro del recinto de lo que es el campo de rugby. Ya me han dicho que adelante. La llevaré con un camión. Y piedras tenemos que nos sobraron. Tenemos todo", comenta.

Un verso suelto

Natalia es la mujer de Marino. Cuenta que es maravilloso convivir con alguien tan generoso cuando lo normal en la sociedad es ponerse de perfil. "Es muy intenso. Siempre dicen que si no puedes con tu enemigo, te unas a él. Y creo que no son ideas descabelladas sino productivas. Soy vecina de Aranda y evidentemente si te importa la naturaleza y el entorno quieres que esté bien. El podría dedicarse a venderlo, pero no tendría el mismo valor. Y además lo disfruta, pero yo también. A mí me entra sentimiento de orgullo, porque me paran mucho", reconoce entre risas. "Me cuenta todo, y a veces no soy tan visionaria, pero él lo tiene claro", añade.

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Parque Virgen de las Viñas

¿Qué habría que mejorar en el entorno de la ermita de la patrona? "Sobre todo el arbolado porque hay árboles que no van con el terreno y sufren mucho. Sería bueno meter una acacia robinia porque es un parque verde y da flor roja. Y daría un gran impacto visual. Sobre el estanque, no sé si lo quitaría o no. Hay gente a la que le gusta y a la que no", sentencia Marino, con la imaginación puesta en un entorno natural que hoy más que nunca, luce por gente como él, dispuesta a sumar.