Los agricultores de Soria reanudan las protestas en Castilla y León tras la época estival
Las concentraciones por unos precios justos se extenderán en otros territorios próximamente
Alfredo Cabrerizo, coordinador de Coag Soria y Ana Pastor, presidenta de Asaja Soria
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Soria
‘Los precios del cereal por los suelos, queremos soluciones’ es uno de los lemas que se podía leer en las pancartas que han portado los agricultores y ganaderos de Soria durante su concentración a las puertas de la subdelegación del Gobierno, en la capital. Convocados por ASAJA, junto a COAG y Upa, han celebrado un acto de denuncia por la calamitosa situación de precios y han reivindicado medidas para salvaguardar las explotaciones cerealistas provinciales, y pedir justicia en el mercado del cereal. De esta manera, han querido teatralizar sus reivindicaciones esparciendo sacos de cereal por el suelo en la calle Alfonso VIII donde se ubica la subdelegación del Ejecutivo nacional.
La presidenta de ASAJA Soria, Ana Pastor, explica que “en el campo lo tenemos muy claro, si no se recuperan los precios, llegará la ruina y con ello el fin de la agricultura cerealista, totalmente mayoritaria en Soria”. Las organizaciones agrarias convocantes han querido poner el foco “en los bajísimos precios, que agrandan la crisis del sector cerealista soriano y hacen completamente inviables a numerosas explotaciones profesionales familiares de la provincia”, añade Pastor.
La presidenta de ASAJA Soria ha pedido delante de unos 300 agricultores “el ministerio tome medidas con urgencia, como controles de calidad de las mercancías en los puertos, tener especial atención de los acuerdos de Europa con Ucrania, y necesitamos que se nos adelante el 70 por ciento de la PAC en el mes de octubre para que las explotaciones tengan liquidez para afrontar la nueva campaña y sementera”. Pastor también ha hecho hincapié en exigir “el cumplimiento de lo recogido en la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohíbe remuneraciones por debajo de los costes de producción”.
Por su parte, el coordinador de COAG Soria, Alfredo Cabrerizo, ha puntualizado que “hay muchos problemas que resolver, pero el principal ahora mismo es volver a establecer aranceles al cereal de Ucrania porque más del 70 por ciento de la producción de aquel país ha llegado a España este año cuando antes se repartía hacia otros países, eso hace que nuestros precios bajen a la vez que suben los productos que utilizamos en las parcelas, y es totalmente insostenible”. El coordinador de la organización ha recordado que “creemos que eliminando estos aranceles estamos beneficiando a los pequeños agricultores de Ucrania y no es así porque las grandes extensiones y explotaciones de cereal ucraniano están en manos de fondos de inversión”.
Ana Pastor ha querido sentenciar diciendo que “la depresión de los precios en el plano internacional, que es innegable en España, tiene una mayor repercusión por cuanto nuestro país, obligado a importar todos los años de media entre 15 y 20 millones de toneladas para completar el autoconsumo, se ha convertido en el primer receptor de trigo ucranio en Europa, de tal modo que una desmesurada entrada de grano está inundando de materia prima nuestros puertos, también de cereal ruso, a pesar de la imposición de aranceles. Esta oferta, superior a la demanda, convierte la ya de por sí fuerte presión internacional de los mercados en algo muy preocupante en el caso de las explotaciones agrarias cerealistas de Soria”.
A pesar de una ligera recuperación de los precios en las últimas semanas la situación a nivel internacional es calamitosa; hace dos años por estas fechas el trigo estaba a 365 euros/tonelada y hoy la cotización está a 226. Esta situación de precios está repercutiendo en un descenso drástico de las siembras del cereal. Soria ha dejado de sembrar más de 40.000 hectáreas de cereal, que es casi una cuarta parte del total en la provincia. “Si no se soluciona el problema de rentabilidad, el desenlace es claro: llevará a la desaparición casi total del secano”.
Las producciones provinciales cumplen los estándares europeos y españoles de cumplimiento de medidas de protección del medio ambiente, salud pública y salud animal, algo que se cambia por otro cereal producido en condiciones rusas y ucranias y que, además de rebajar la seguridad de los ciudadanos, no contribuye en la misma medida a los retos ambientales que tanto preocupan y que cuya distorsión del mercado además lleva a la ruina a los profesionales de Soria.