Tirar del carro
La columna de Rafa Gallego: Tirar del carro (27/09/2024)
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León
Lo ha dicho el representante de la Asociación de Carros Leoneses: llevan más de diez años planteando al Ayuntamiento de León la necesidad de modificar el itinerario del desfile de carros engalanados, pero sigue manteniéndose el tradicional. Hay cosas que se mueven mal y parece que las razones de los carreteros, aunque pudieran convencer, no son suficientes para cambiarlo. Por lo menos no este año, ni los anteriores. Veremos si en el veinticinco. De momento, desde la asociación se plantean dejar los carros en casa para el desfile de San Froilán, aunque sí que irán a la romería de la Virgen del Camino el día cinco. Pero me imagino que todo esto ya lo sabes, que ya te lo ha contado Radio León.
Ese es el asunto, que hay cosas que no son fáciles de mover. Un carro, por ejemplo. Es difícil mover un carro: se necesita un animal de tiro. Uno o varios, depende del carro, claro. En general, el universo tiende al inmovilismo, al gasto mínimo de energía, a que los estados de cosas permanezcan como están. Hasta que aparece el elemento inestable que lo precipita todo, el elemento que tira del carro para que las cosas se muevan, para que se produzca una reacción, eso que hemos llamado progreso. El progreso necesita de alguien que tire del carro y en la historia de la humanidad hemos visto muchos estados de cosas progresar. Fíjate que tenemos una leonesa que ya el veintiocho de octubre se incorpora al programa de preparación de astronautas. Una que tira del carro, ¿no te parece? Sara García, como Pablo Álvarez, son ejemplos de personas que no empujan hacia atrás, sino que tiran hacia adelante. Es verdad que estamos muy cómodos cuando tenemos todo en su sitio y no hay nada que se mueva. ¡Quieto todo el mundo! Pero no es menos verdad que el movimiento, el cambio, la transformación nos hace ser humanos. Es la eterna disputa entre el ser inmóvil parmenídeo y la fisis dinámica que observó Heráclito.
En las relaciones personales también ocurre que hace falta alguien que tire del carro para que fluyan. En los equipos de trabajo, por muy dinámicos que sean en su conjunto, siempre hay motores individuales que tiran, que provocan el movimiento, que producen lo nuevo. Los gestores de recursos humanos saben identificar a esas personas y, si no son torpes, facilitan su quehacer, salvo si lo que interesa es el control total de los procesos. En ese caso se tiende a desactivar los motores y se prefiere que los carros sigan pasando por donde siempre, que, si lo han venido haciendo tantos años, deben seguir pasando por el mismo sitio. La disputa es entre lo que queda bien y lo que es bueno. Lo que queda bien es aparente; lo que es bueno es problemático. En las relaciones de pareja también hay casi siempre alguien que tira del carro, alguien que se empeña en que las cosas sigan, que favorece el avance seguro de los carros. No es una cuestión de equilibrio, sino de fuerza; de amor, si miras bien las cosas. El amor de los bueyes tirando del carro.