Los detalles marcan la diferencia en ASOBAL
El Tubos Aranda cayó ante Torrelavega en un disputado encuentro de los amarillos, que dieron mucha guerra y sostuvieron sus opciones hasta el final
Aranda de Duero
Resultado engañoso (31-36) el de un Tubos Aranda que ha aprendido ya varias lecciones clave en su regreso a ASOBAL: los errores propios penalizan demasiado a este nivel, y la precipitación no lleva a buen puerto, máxime cuando juegas contra uno de los ‘gallos’. Porque mención a parte tuvo la muestra de garra y entrega de los amarillos ante una gran plantilla que juega Europa este año. No se iba nunca del partido, aunque estuviera a tres goles del empate. El problema fue que cuando hubo opción de ponerse por delante (al menos hasta en cuatro ocasiones), no se logró.
Las porterías también hacían acto de presencia marcando diferencias. El portero visitante hizo varias intervenciones meritorias en el inicio del encuentro; a Viunik le costó entrar hasta que paró el siete metros en el ecuador de la primera parte que hizo de nuevo meterse a los ribereños en el choque (8-9). Llegó el momento de Pau, que empujó a sus compañeros con varias paradas, sobre todo la que a la postre con una contra de Berbel obraba la igualdad (11-11).
La alegría duró poco porque los cántabros volvieron a poner tierra de por medio con dos goles consecutivos, pero el Tubos Aranda nunca se rendía. Tablas continuas cada vez que los visitantes se adelantaban, con hasta tres ocasiones con opción de ponerse arrriba: no hubo manera. Aprovechó la insistencia sin premio la escuadra de Cuétara; se fueron de uno ganando al descanso (18-19).
Lucha constante
No fue el mejor inicio el del segundo tiempo. Un siete metros a la madera y un desentendimiento dieron opciones a Torrelavega de irse de tres nada más comenzar (20-23). Tocaba reaccionar. Lo hizo en varias ocasiones el cuadro ribereño, en un marcador muy alto (26-26) llegando al minuto 13.
Con inferioridad incluso había anotación, pero siempre faltaba esa bola con tablas que daba opción a irse por encima. No había manera. Pau paraba y el empate volvía. Pero a falta de tres minutos las opciones se disipaban agotando el tiempo en un remate sin ángulo de Megías. A la vuelta Torrelavega no fallaba (31-34) y ya poco se pudo maquillar un duelo que se había escapado muchas veces.
Eso sí, la brega e intensidad que tuvo el Villa de Aranda hasta el final y que le mantuvo vivo, es el punto a seguir. El inicio del calendario es muy complejo para los ribereños, que ahora ya sí comienzan su liga. Es el momento de levantarse y seguir. Porque esto no va a ser fácil, pero mucho menos imposible, y menos para este equipo. Un equipo que sigue evolucionando, creciendo y yendo a más. Esta es la línea a seguir; las alegrías no tardarán en llegar.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...