Carmen (la cartones), ¡vuelve!
La Firma de Guillermo Flores
"Carmen (la cartones), ¡vuelve!", la Firma de Guillermo Flores
02:24
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1727937026416/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Palencia
Para la gente mas joven, Carmen, apodada "la cartones", era una mujer que vestía zapatos y ropa vieja, incluso rota y sucia y que andaba por las calles con un gran carro casero recogiendo cartones que supongo llevaba a vender, no sé muy bien si para ganarse unas perras, porque dicen que Carmen “la cartones" tenía dinero. Según lo que leí de ella, era profesora y perdió a su marido en un accidente lo que le produjo una fuerte depresión de que la nunca se recuperó.
Es seguro que Carmen no hubiera dado abasto estos días a recoger las ingentes cantidades de cartones que se pueden ver cada día a los pies de los contenedores, como ha aclarado el ayuntamiento, por motivo del reiterado incumplimiento de la empresa Urbaser con la que ya se finalizó contrato. Pero es que además del abandono y la dejación de esta empresa, el problema de los cartones y algún otro residuo es la poca practicidad de algunos contenedores.
Hace años ya, cuando se inició el soterramiento de algunos de ellos, por cierto, otros que estaban en proyecto quedaron en el olvido como los de la calle Empedrada, nos invitaron a opinar a comercio y hostelería sobre el modelo de estos contenedores enterrados. Yo concretamente no solo manifesté mi opinión sino que además aporté fotos de contenedores soterrados que había en otras ciudades, que permitían un volcado más masivo sobre todo de vidrio para bares. Les pareció todo muy bien, pero nada se hizo. Concretamente dejaron un hueco del tamaño de un balón para que los hosteleros tiráramos el cubo grande lleno de cristal, hasta 2 o 3 veces un sábado.
Recuerdo ir al ayuntamiento para que nos explicaran cómo iban a ser las bocas de estos contenedores y allí un señor desde su sillón me mostró los planos y me dijo que fuéramos metiendo los cristales en bolsitas y los fuéramos sacando. La maquinaria ya estaba comprada, no sé para qué nos preguntaron entonces.
Al tiempo de estar instalados el Sr Polanco y ante mi insistencia, mandó a un operario para que abriera una puerta más amplia como había en otras ciudades y así poder volcar el cubo sin necesitad de cortarnos un día sí y otro también.
Algo parecido pasa con el cartón, nos dejan un espacio de unos 20 x 40 para depositar cajas mucho más voluminosas que a veces ni desmontándolas caben, lo que origina que todos acabemos dejándolas al pie de estos contenedores dando un aspecto no precisamente de ciudad limpia. Ya lo dijimos, esas bocas de contendores de cristal y cartón no valían.
Y ahora entre esto y tanto embalaje de Amazon, si Carmen ¨la cartones¨ aún viviera, se pondría las botas.