Tenemos un problema de vivienda pero no fabriquemos otra burbuja, otra crisis
La Firma de Javier Gómez Caloca
"Tenemos un problema de vivienda pero no fabriquemos otra burbuja, otra crisis", la Firma de Javier Gómez Caloca
Palencia
Buenos días, en 1998 Aznar, aprobó una Ley del Suelo que declaraba todo terreno como urbanizable, salvo que expresamente se dijera lo contrario. Su lógica liberal y mercantil es la misma que esta semana ha planteado el PP de Ayuso, perdón de Feijoo: a más suelo urbanizable, los precios del suelo bajarían lo que haría caer el coste de la vivienda dando, como resultado, más pisos y más baratos. Construíamos más vivienda que Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia juntas.
Lo que vino después, atizado por el crédito fácil, es de todos conocido. En diez años el precio medio subió casi un 170%; la vivienda dejó de ser un lugar donde vivir a convertirse en un producto financiero, en un bien especulativo. La fiesta se terminó y la resaca todavía la seguimos pagando. Explotó la burbuja, se dejaron de pagar hipotecas, del sector de la construcción desparecen casi millón y medio de puestos de trabajo, toda la economía entró en una crisis que no empezó a remontarse hasta finales de 2015 y que sirvió de coartada para destrozar los derechos de trabajadores, desempleados, pensionistas o empleados públicos. Aquí en Palencia llegamos a tener más de 25.000 desempleados, hoy no llegamos a 6.000, con todo lo mal que dicen que estamos. Ah, y los 70.000 millones para salvar a los bancos, que no han devuelto.
Veinticinco años después, vuelta la burra al trigo. El PP, además de boicotear la Ley de Vivienda estatal y su planteamiento de limitar la subida de alquileres en las zonas tensionadas, lo tiene claro. Entre favorecer, no limitando el precio de los alquileres, a los arrendadores de más de diez viviendas o desahuciar a aquellos que cobran incluso menos que el SMI, se queda con los fondos buitres y grandes tenedores de viviendas. Entre penalizar fiscalmente las viviendas fuera de mercado, más a los que más viviendas tienen, subiendo así los ingresos públicos si no las alquilan, o bajar impuestos, insisten en su estrategia de socavón fiscal, así tendrán la coartada para reducir gasto en los servicios públicos.
Solo dos Comunidades, País Vasco y Cataluña, han decidido cumplir la Ley y limitar los alquileres. En Cataluña ya hay datos: los precios cayeron entre un 3% y un 5% durante los dos primeros trimestres de 2024. El Estado, con buen criterio, va a discriminar positivamente en sus ayudas a las Comunidades que cumplan la Ley, que declaren las zonas tensionadas y controlen los alquileres. Luego saldrán en procesión las Comunidades del PP con aquello de que el País Vasco y Cataluña nos roba.
De crear un parque público de vivienda de alquiler a precios asequibles, nada de nada. De perseguir o al menos sacudir fiscalmente las viviendas turísticas, "rien de rien", que diría un francés.
De intentar sacar al mercado viviendas vacías, penalizando en el IBI a los que tienen más de cinco viviendas cerradas, como permite la Ley de vivienda, ni hablar, pobrecillos.
Por cierto, ¿quién va a levantar esos cientos de miles de viviendas? ¿Con 234 desempleados que tenemos aquí en el sector de la construcción, quien va a hacer los encofrados, poner el caravista o los tabiques? Pues, no hay otra: los inmigrantes que la derecha quiere regularizar de uno en uno, después que se hayan comprometido, de uno en uno, con los valores de la civilización judeo cristiana. Los mismos inmigrantes que la extrema derecha quiere torpedear en el mar.
Lo que nos llevó al abismo en la primera década del siglo, nos llevaría al despeñadero ahora, aunque fondos de inversión, constructoras y bancos se forren.