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Sociedad

Tener un humor de perros

La columna de Rafa Gallego: Tener un humor de perros (04/10/2024)

León

De momento pienso que lo que nos devora es la pasión por la perfección. Lo he leído hace poco en alguna parte, pero, como me permito no estar al tanto de todo, también me permito no acordarme de todo. La poesía, por ejemplo, se construye en la imperfección hasta cuando es una estructura perfecta. Quiero decir que no hay en la perfección de un soneto más belleza que la que sea capaz de sentir el lector imperfecto que lo disfrute. Por eso pretender la perfección, en un soneto o en cualquier otra cosa, es una falsa pretensión.

Sobre todo, porque la perfección es una construcción social que se modifica con la propia sociedad; la perfección y la belleza son una misma cosa. Podríamos añadir el bien. Perfección, belleza y bien son tres perspectivas de la misma idea y nos las hemos puesto en la diana de nuestro objetivo vital. No me digas que no, que no te creo. Igual me dices que el bien sí, pero lo demás no: te estarás engañando si haces eso y será solo un modo de explicar por qué vía eliges luchar por tuobjetivo. Piénsalo despacio, aunque te parezca un lío, y verás como al final me das la razón y comprendes que lo bueno, lo bello y lo perfecto son la misma cosa. Y lo que decimos bueno, bello y perfecto aquí y ahora resulta que tal vez mañana no lo sea o puede que en Singapur sea de otro modo y lo que es más probable es que ni tan siquiera aquí y ahora sepamos ponernos muy bien de acuerdo sobre lo que es bueno, bello y perfecto. Decía algún filósofo griego que, dado que somos capaces de comparar respecto de lo bueno, lo bello y lo perfecto, debe existir una perfección, una belleza y un bien que sean absolutos con respecto a los cuales podamos establecer esas comparaciones. Solo que ese Bien absoluto no podría pertenecer nunca al universo de lo sensible, porque ahí es por donde entra el virus de la discusión, por la sensibilidad, por los sentidos, por la diferencia que tenemos cada uno a la hora de experimentar lo bueno, lo bello y lo perfecto. Y sin embargo nos hemos puesto como meta esa perfección en nuestras vidas y, como diría un visionario valenciano que hablaba de la anestesia psicológica, “así nos luce el pelo”.

Esto mío de hoy es porque tengo un humor de perrosy no sabría decirte por qué. Me doy cuenta de esa mala uva interior que tengo y no encuentro razones serias que la expliquen, así es que me ha dado por pensar que quizá este humor de perros tenga que ver con esa frustraciónvisceral, esa incapacidad para el bien, para la belleza, para la perfección. Me gustaría decirme a mí mismo —y a ti, si es que también te sientes en las redes de esteenfado— que es tan sencillo como poner el objetivo en algo más simple, algo que no esté tan fuera de tu mano, algo tan sencillo como, por ejemplo, pasear por el parque de San Francisco con el ruido de los camiones de comida recogido, a la luz de los globos y los colores. No es ni bueno ni bello ni perfecto, pero es.