El escritor abulense Javier Sánchez recibe un premio literario en Argentina
Premio José Carlos Caparelli con su poema 'Deja abiertas las ventanas'
El escritor abulense Javier S. Sánchez premiado en Argentina
Ávila
El abulense Javier S. Sanchez ha sido galardonado con el primer premio del XVI Encuentro Internacional de Cuento y Poesía, Premio José Carlos Caparelli organizado por la Asociación Sicilinana en Argentina, ASBAN. 'Deja abiertas las ventanas', título del poema ganador, se impuso a las 630 obras presentadas procedentes de 20 países y escritas en dos idiomas, castellano e italiano en el dialiecto sicliano.
"Soy mucho de mirar los certámenes que se celebran fuera. En 2021 ya tuve una mención en este mismo certamen por 'El silencio del cárabo' y en 2022 por 'El mirlo blanco'. Y ahora he conseguido el primer premio. Estoy muy contento" dice Javier en una entrevista en Hoy por Hoy Ávila. "Es un concurso con cierto renombre en Sudamérica y en el que participan escritores de medio mundo" añade.
El tema del concurso es libre. Ell poema ganador "puede parecer melancólico y tristón, pero es un pequeño canto de esperanza. No perder la esperanza cuando estamos en momentos difíciles. Deja abiertas las ventanas aunque me vaya porque algún día volveré" dice Javier del poema.
El ganador recibirá la medalla acreditativa, además de varios ejemplares de la antología que recogerá las obras de todos los finalistas, cuya publicación se prevé en el mes de noviembre.
DEJA ABIERTAS LAS VENTANAS
Si me voy,
deja abiertas las ventanas
porque vendré con sisones,
estorninos y calandrias
que te arrullen por la noche
y canten por la mañana.
Cuando tu alma de seda,
al sol tendida y callada,
rendida se desvanezca
por mi ausencia; y la nostalgia
el pozo de las crudezas
ahogue de tus entrañas
con el oscuro destello
del atardecer de plata…
Cuando tu frente de nieve
con surcos de tierra parda
se vista, réquiem amargo,
sobre yermo pentagrama;
revoloteen palomas
sobre la cumbre de escarcha
anunciando del ocaso
la prístina llamarada…
Cuando tus ojos la noche
encubra con negra gasa
negándote una rendija
de luz; sobre tu mirada
se desborden los arroyos,
escalofríos de agua,
heridas de sal ardiente,
regueros de pena amarga….
Cuando silencien tus labios
y vacíos de palabras
guarden apenas aliento
para un suspiro de nácar;
desaparezcan los sueños,
enmudezcan las campanas
su latido penitente,
capa de bronce apagada…
Cuando vacías tus manos
de caricias y de palmas
en su cuenco no haya abrigo
para los hijos del alba;
como la hoja marchita
que en vaivenes se desmaya
se posen en tu regazo
y no reciban posada….
… la certeza de los tiempos,
en arena desatada
nombrará cada segundo
sin clemencia, despiadada.
… la hora de las verdades
entonces será anunciada
de soledades teñida
y bordada de fragancias
se inundará de silencios,
de sombras abandonadas.
Y volará presurosa
hasta que tiemblen las ramas,
hasta que no haya verdades,
hasta que no quede nada.
Si me voy, amor,
deja abiertas las ventanas.
© Javier S. Sánchez
No es la única buena noticia que ha recibido este escritor morañego ya que el pasado fin de semana ganaba el Concurso de Brindis de la XL Fiesta de la Vendimia de la localidad vallisoletana de Serrada. Recibió este premio con atavío medieval recitando la obra ganadora, un 'Brindis en Serrada' compuesto en forma de romance. Javier Sánchez es natural de la localidad de Muñosancho, vive en Arévalo y ha sido profesor en diversas localidades de la Moraña. Actualmente se profesor en Medina del Campo.
BRINDIS EN SERRADA
Gloria al vino que en su gloria
en tiempos de la prehistoria
ya su fama se expandía
por toda la geografía
conocida y aún por ver,
que buena cosa es saber
si se sabe a lo que sabe
manjar que tan gran placer,
siendo brioso o suave,
engendra en nos al beber
sus lágrimas celestiales.
El cultivo de la vid
según razones diversas,
fue idea de los persas,
o tal vez de un adalid
hindú que con un gran tino
vio que la vid era vino
y el vino jugo sabroso
aunque tengo por dudoso
que el “inventor” fuera chino.
Cuentan que el sexto milenio
antes de Nuestro Señor
tan prodigioso licor,
de los egipcios fue ingenio,
del faraón fue delicia
y de su corte deleite
pues ni la miel ni el aceite
alcanzaron tal noticia.
Bebieron griegos, romanos,
pueblos hostiles y hermanos,
y a tanto la adoración
llegó de este afrodisiaco
que hasta le dieron patrón,
unos Dioniso, otros Baco,
y Hathor para el faraón.
Bebió vino Jesucristo
en su postrimera cena;
bebió vino Avicena,
lo bebió, ¡que yo lo he visto!,
el mismísimo Descartes:
“Bebo, bebo, luego existo”;
los amantes de las artes
vino bebieron sin duda:
el de la maja vestida
y el de la Venus desnuda.
Al concluir su David
Miguel Ángel bebió vino,
tanto como le convino
probó el fruto de la vid;
y Leonardo, genio augusto,
dio a su paladar el gusto
de un buen caldo a degustar
a poco de retocar
de la Gioconda su busto.
Bebió vino Hernán Cortés
y Colón el genovés,
los dos Pinzones y Elcano,
Magallanes y Pizarro,
fuera en cántaros de barro
o en buen cristal de Murano.
“La Católica” Isabel
bebió vino de un tonel
en su tierra, Madrigal;
bebió el Gran Capitán
y bebió Napoleón,
bebió el infante Don Juan
y Agustina de Aragón.
Y pues ellos lo bebieron
es justo que convengamos
en que todos lo bebamos
para ser como ellos fueron.
Si el vino nos da la vida
y aquí las musas convoca
arte se hace en la boca
de quien prueba esta bebida.
Brindad y haced el honor
de gustar estos verdejos
que han de llevarnos a viejos
con salud y buen humor.
Vino que nació en la viña,
vino que el labio nos besa
y en la boca se encariña
con efluvios de princesa.
Gloria al vino que me agrada
en sus aromas más gratos,
gracias por los buenos ratos
y por brindar en Serrada.
© Javier S. Sánchez
Luis Sánchez
Licenciado en Ciencias de la Información por...