Sociedad

Una vida ligado a la gaseosa en Aranda de Duero: llegada, evolución y fin de La Torancesa

Florencio García relata en su Viaje por la Memoria la vinculación con esta bebida con la que tuvo relación desde que nació

Una vida ligado a la gaseosa desde Aranda de Duero: la llegada y evolución de La Torancesa

Una vida ligado a la gaseosa desde Aranda de Duero: la llegada y evolución de La Torancesa

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Aranda de Duero

Detrás de cada producto hay una historia, una vida, y un por qué. Y este martes en la SER hemos conocido la de Florencio García, uno de los grandes impulsores de La Torancesa, una empresa que adquirió tras mucho trabajo su padre y a la que él dio continuidad desde adolescente. Porque tuvo que arrimar el hombro desde el primer momento, y no poco. Él se crió en la calle, jugando a la lata. Pero lo que siempre tuvo cerca fueron las botellas.

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Su vínculo con la gaseosa

Floren recuerda con mimo su salida del instituto para directamente acudir a la fábrica y ayudar a cambiar las gomas de los cascos que se reutilizaban, o trasladar y repartir esas gaseosas -y otros productos- a las casas. "Teníamos barrios enteros que nos 'gastaban' la gaseosa. Íbamos a los bloques a repartir por ejemplo, y algunas personas no tenían para pagarlo. Mi padre rompía las hojas perdonándoselo. Mi padre comenzó donde está Calzados Cea. Tuvo su primera fábrica primero de trabajador y luego como socio con el dueño. Y siguió él solo. Hasta el año 60 estuvo en calle Isilla y luego se movió a Santa Catalina. Compró la marca La Torancesa en el Valle del Toranzo", recuerda.

Imagen de una gaseosa de La Torancesa

Imagen de una gaseosa de La Torancesa / cadena ser

Imagen de una gaseosa de La Torancesa

Imagen de una gaseosa de La Torancesa / cadena ser

Eso fue por los años 50. Allá por cuando nació precisamente García, hijo único, y que ha nacido y vivido por tanto con la gaseosa. "Mi padre tiró de la fábrica, pero mi madre más, empezaba por la mañana, se iba a hacer la comida, y volvía a trabajar hasta por la noche. Esperaban a los labradores, que llegaban con sus neveras. Y los chavales del barrio nos juntábamos allí", expresa. "Un motocarro fue el primer vehículo de mi padre. Luego ya compró una furgoneta, y por último el furgón, que fue un puntazo, y ya iba yo ahí de copiloto", recuerda.

El primer motocarro de La Torancesa en Aranda

El primer motocarro de La Torancesa en Aranda / Cadena SER

El primer motocarro de La Torancesa en Aranda

El primer motocarro de La Torancesa en Aranda / Cadena SER

Cómo se fabricaba

"Nosotros embotellábamos gaseosa en sus diversas variedades, luego se empezó con el plástico, y el olor era a limón. Eso me encantaba. Pero al embotellar manzana, el aroma era como cuando estabas en el campo y machacabas dos manzanas. Siempre utilizábamos agua de la red general y lo pasábamos por tres filtros: de arena, de carbón activo, y un capricho mío que vi en Ponferrada con un filtro de piedras para darle un sabor mineral. Luego lo metíamos en una saturadora, con once atmósferas bajo presión, y ya sacábamos el sifón o a la preparadora, pero con sacarina y ciclamato. Y una especie de gasificante, un ácido cítrico, y la esencia de limón. Casi era un periodo al que se dedicaban tres personas. Siempre había inspecciones de sanidad. Y el caballo de batalla era el agua". relata.

Imagen de una de las máquinas fabricantes

Imagen de una de las máquinas fabricantes / cadena ser

Imagen de una de las máquinas fabricantes

Imagen de una de las máquinas fabricantes / cadena ser

Llegó después la distribución de Trinaranjus y apenas agua, con un mercado cambiante. También se aprecia en las gaseosas, que nada tiene que ver. "En Aranda éramos cuatro fábricas de gaseosas, y con Guijarro en Roa cinco", detalla.

El final del negocio familiar

El negocio no tuvo relevo y cerró. Pero los recuerdos se quedaron. "La fecha de caducidad era 2020, después de la pandemia, porque mis hijos cada uno han tirado por su trabajo y eso es respetable. Han ayudado en su momento a los repartos en los veranos. Pero han elegido otra cosa", comenta. Ahora, la vida de Floren es diferente. "Te jubilas y añoras porque además de clientes haces amigos. Tenías hasta las llaves de almacenes para entrar y dejar el reparto sin que estuviera el dueño. Ahora quizá eso es impensable", añade.

Bendiciendo la primera furgoneta

Bendiciendo la primera furgoneta / cadena ser

Bendiciendo la primera furgoneta

Bendiciendo la primera furgoneta / cadena ser

La Torancesa cortó su historia. Y Floren ahora se dedica a andar en bicicleta, se pasa por la huerta. O coge la bandurria en su cuarto. En breve empezará a ensayar. Es su nueva vida. Pero en su casa nunca ha faltado ni faltará la gaseosa ni el sifón.

La charla al completo en este recuerdo por la memoria, con Ausen Frutos y Valentín García, puede reproducirse en el audio superior.

Jorge Alvarado

Jorge Alvarado

Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...

 
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